Este artículo es un extracto de una charla informal que Srila Govinda Maharaj dio en el Sri Chaitanya Saraswat Math de Londres en octubre de 1996
«Una vez estaba casi muriendo y de repente vino Govinda Maharaj y me dio una medicina y eso me ayudó, me dio una nueva vida. Su madre le oró a Shiva: “Permite que yo pueda tener un hijo” y entonces nació Govinda Maharaj. Shiva ha concedido una persona santa, con un tipo de poder místico (siddhi)». (Srila Sridhar Maharaj)
«Siempre que en el universo hay una gran dificultad o un obstáculo que crea problemas que nadie puede resolver, viene al Señor Shiva. El Señor Shiva tiene el poder de corregir cualquier cosa». (Srila Govinda Maharaj)
Desde 1973 yo trataba a Srila Guru Maharaj como su médico. Guru Maharaj estaba tan enfermo que todos los médicos habían dicho que ninguna medicina podía hacer efecto en su cuerpo, y estaban seguros de que en pocos días o cuando mucho en una semana abandonaría su cuerpo. Por supuesto, el cuerpo de Guru Maharaja es un cuerpo siddha, pero aún así todos los médicos más cualificados dijeron que estaba más allá de su capacidad tratarlo.
Un día yo estaba bañándome y llorando, y entonces yo invoqué al Señor Shiva: “Oh Señor Shiva, has dicho que soy tu hijo, y realmente siento que lo soy. Tú eres el maestro de todas las medicinas, así que por favor mi Señor dame alguna medicina para mi Guru Maharaja”.
Después de mi desesperada oración oí el nombre de una medicina, como si viniera del aire. Al principio pensé que había confundido el sonido del agua de la ducha con el nombre de la medicina, así que volví a rezar: “Por favor, déjame oír de nuevo ese nombre para estar seguro”. Y de nuevo llegó el sonido de la medicina. En mi vida han ocurrido muchos milagros, ¡y eso fue un gran milagro para mí!
Conocía esa medicina porque en aquella época ejercía como médico homeópata para la gente, pero hasta entonces nunca había tratado a Srila Guru Maharaja. Esto se debía, en primer lugar, a que no siempre estaba con Guru Maharaja y, en segundo lugar, a que nunca me había considerado un médico muy bueno. Era capaz de dar alguna ayuda a los pobres, pero sentía que eso era todo lo que podía hacer.
En fin, después de escuchar del Señor Shiva el nombre de la medicina, me sentí muy libre en mi mente y supe que Guru Maharaj no nos dejaría entonces. De repente, Hari Charan Prabhu me llamó por teléfono diciéndome: “Srila Guru Maharaj está desmejorándose rápidamente, no tiene pulso, sólo un leve latido, y no tiene presión sanguínea”. Le dije: “Prabhu, no te preocupes, el Señor Shiva me acaba de dar una medicina, dásela a Guru Maharaj y se curará. Voy enseguida”.
Tomé el último tren desde Calcuta, que llegaba tarde, y llegué al Math a eso de las doce de la noche. Cuando llegué vi a Guru Maharaj sentado en su silla y tomando Prasadam con su propia mano. Le pregunté a Guru Maharaja: “¿Qué ha pasado? Hari Charan Prabhu me dijo que estaba usted desmejorando”. Y Guru Maharaj respondió: “Sí, lo estaba pero Hari Charan Prabhu me dio la medicina que le dijiste, y ahora tú puedes ver”. Había recobrado su pulso y su presión sanguínea se había normalizado, y Guru Maharaj dijo: “¡Desde hoy serás mi médico!”.
Todos los doctores de Guru Maharaj dieron su consentimiento, sin embargo, yo todavía pensaba que Guru Maharaj es muy grande y alguien me va a reprochar: “¿Por qué no llamas al médico, por qué tú recetas a Guru Maharaja?”. Tenía un poco de miedo y no me consideraba un médico muy bueno. Y Guru Maharaj dijo: “Ya todos los médicos me dijeron que no hay medicina que me haga efecto, por lo tanto, ahora felizmente tú me puedes cuidar”.
Así que me convertí en el médico de Guru Maharaj, y después de eso, su principal enfermedad fue un dolor de cabeza crónico. Sufría de dolor de cabeza desde los diecisiete años, y a partir de los veintidós se hizo muy fuerte. Cuando Guru Maharaj sufría este dolor de cabeza no podía comer nada. Solo tomaba agua y vomitaba constantemente. A veces esto duraba tres días, a veces seis días y a veces, hasta doce. Así que empecé a investigar y finalmente le dije a Guru Maharaj: “Maharaj, ahora su dolor de cabeza tendrá que desaparecer. Puedo darle un tratamiento y eso va a desaparecer para siempre”.
Todos los médicos homeópatas que habían tratado a Guru Maharaj habían recetado nux-vomica y la habían administrado con 30 ‘m.m.’ de potencia, pero ninguno había conseguido el efecto deseado. Como todos habían recetado este mismo medicamento, llegué a la conclusión de que nux-vomica debía ser la medicina constitucional de Guru Maharaja. Entonces fui a un médico alópata y le pregunté: ¿cuál es la dosis de tintura madre de nux-vomica en la alopatía? Era de ocho gotas como máximo, así que decidí darle a Guru Maharaj cinco gotas. Cuando aparecieron los primeros síntomas del dolor de cabeza, le administré las cinco gotas de tintura madre y el dolor de cabeza se redujo a una condición de reposo. Estaba seguro de que ahora este dolor de cabeza se iría porque antes ninguna medicina podía controlarlo. La única otra medicina que podía dar a Guru Maharaj alivio de su condición era el cafergot, un tipo de ergotamina. La ergotamina es una droga muy fuerte, y al tomarla vinieron todos los problemas de salud de Guru Maharaj, sin embargo, había sido el único alivio posible hasta entonces. Al cabo de dos o tres horas el dolor de cabeza volvió y le di a Guru Maharaj 1/4 de dosis de ergotamina, y al cabo de otras seis horas volvió el dolor de cabeza y le di nux-vomica. De esta manera alternamos entre las dos, y luego luego de veinticuatro horas no administramos la ergotamina y continuamos con la nux-vomica, junto con la medicina del Señor Shiva y otras dos medicinas homeopáticas que yo había seleccionado.
Ese dolor de cabeza desapareció para siempre y de esa manera yo me convertí en el doctor de Srila Guru Maharaj.
Con todo, si yo no me hallaba en el Math, dejaba instrucciones de que si surgía la necesidad, se llamara al médico alópata. Una vez, Guru Maharaj estaba sufriendo de bronquitis y entonces Hari Charan Prabhu llamó al mejor doctor de Nabadwip, el presidente de la junta de médicos del distrito. Él vino y después de ver a Guru Maharaj le recetó algunas medicinas. Guru Maharaj le dijo rotundamente: “No, no voy a su medicina. Govinda Maharaj es mi médico y sólo después de que él venga y esté de acuerdo, tomaré su medicina”. Entonces el doctor se enojó mucho y dijo: “¿Entonces por qué me han llamado?”. Guru Maharaj dijo: “Yo no le llamé. Hari Charan le llamó”. Y el doctor respondió: “No me llamen de nuevo. Si Guru Maharaj no va a tomar mi medicina entonces, ¿para qué debo venir?”. Y el doctor se fue enojado.
Cuando llegué, le pregunté a Guru Maharaj qué había pasado y me contó lo sucedido, así que fui a ver al doctor. Cuando llegué allí el doctor todavía estaba enojado y me dijo: “Oh, Govinda Maharaj has venido. No es necesario que vengas. No voy a ir contigo. No consideraré a Guru Maharaj como mi paciente”.
Yo le dije a ese doctor: “Debe continuar visitando a Guru Maharaja”. “¿Por qué debo ir, él no tomará mi medicina, ¡No!” Yo le dije, “Él no va a tomar su medicina, es verdad. Eso se debe a que usted mismo ha dicho que su medicina no hará efecto en él. Yo le llamo a usted porque yo no soy muy buen médico y usted es el mejor médico de todo Nabadwip, y si examina a Guru Maharaj y le da su diagnóstico y prescripción, entonces de inmediato yo podré entender a partir de su receta médica qué medicina homeopática debo darle yo en lugar de esa. Por eso le llamo, y ya que usted tiene afecto por Guru Maharaja, debe venir”. Entonces el doctor se sintió tranquilo, y dijo: “Sí, si esa es la causa, entonces vendré”. De algún modo, esta fue la historia.