Por Srlla A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada (1896-1977) Fundador -Acharyya de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna
Una conversación de Srila A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada con un sacerdote jesuita en Melboume, Australia, en mayo de 1975.
Extraído de la revista Sri Sadhu Sanga Año 2 No.2 Mar-Abr. de 1999 página 12 https://sadhusangamexico.files.wordpress.com/2016/02/1999-sri-sadhu-sanga-mar-abr.pdf
Sacerdote: ¿Practican ustedes lo que podría llamarse un ejercitamiento en la contemplación?
Srila Prabhupada: Nosotros adoramos a Dios de nueve maneras. Una es smaranam, el recordar las actividades de Dios. Eso es contemplación.
Sacerdote: En el misticismo cristiano tenemos un proceso de contemplación que Santa Teresa de Ávila describió en su libro “La Mansión Interior”. Cualquiera puede realizar una oración ordinaria, pero la verdadera oración mística no se le concede a todos.
Srila Prabhupada: Nuestra oración mística es pensar en las actividades de Dios. Cualquiera puede hacerlo.
Sacerdote: Lo nuestro no es tanto pensar en las actividades de Dios sino sólo estar abierto a recibir amor, llegar a obtener esa verdadera tranquilidad y quietud en la cual…
Srila Prabhupada: No. Servicio devocional o bhakti-yoga no es tranquilidad. Tranquilidad es el estado neutral de amor a Dios, cuando usted termina con sus actividades materiales.
Sacerdote: ¿Podría describir más esta neutralidad?
Srila Prabhupada: Es simplemente el estado de realizar que Dios es grande. Eso es neutralidad. Mas el verdadero servicio devocional empieza cuando uno entiende: “Porque Dios es tan grande, debo servirle. ¿Por qué estoy inútilmente rindiéndole servicio a este mundo? ¿Por qué no le rindo servicio a Dios? Ese estado se llama dasyam o servidumbre. Ese es el principio del Bhakti Yoga. La actividad material simplemente nos enreda en la repetición del nacimiento y la muerte. Eso se llama pravriti-marga, ‘la actividad para la complacencia de los sentidos’. Todos se ocupan en trabajar para la complacencia de los sentidos. El tigre lo hace, el cerdo y el perro también. Y si un hombre también llega a ocuparse en el disfrute de los sentidos, como los tigres, los cerdos y los perros, entonces, en su próxima vida llegará a estar en una de esas especies de vida.
Sacerdote: Cuando uno alcanza un estado superior de actividad, cuando de verdad ama a toda la humanidad …
Srila Prabhupada: Eso es una invención – una especulación mental-. ¿Por qué debe amar sólo a la humanidad? ¿Por qué no amar a los tigres, los perros y todas las otras especies de vida?
Sacerdote: Porque los seres humanos son mis hermanos y mis hermanas.
Srila Prabhupada: Pero los tigres y los perros también lo son, pues todos tienen un padre común -Dios-. El Señor Krishna dice en el Bhagavad-gita (5.18):
vidya-vinaya-sampanne
brahmane gavi hastini
suni caiva svapake ca
panditah sama-darsinah
Sacerdote: ¿Qué significa eso?
Srila Prabhupada: Que un hombre verdaderamente erudito ve a toda entidad viviente con igual visión. En otras palabras, no distingue espiritualmente entre usted y un perro. Usted tiene un alma cubierta por un cuerpo humano, y un perro tiene un alma cubierta por un cuerpo de perro. Mas ambos son almas espirituales -partes integrales de Dios.
Sacerdote: ¿Diría que las almas son de diferentes valores?
Srila Prabhupada: No, todas las almas son del mismo valor.
Sacerdote: Eso lo encuentro difícil de aceptar, pues como yo lo entiendo, el alma del hombre es inmortal, mas la de un animal no lo es. Un ‘alma’ de un animal no es realmente un alma, sino un principio de vida, algo que Aristóteles llamó una pysche. Por lo tanto, el hombre tiene un valor más elevado que los animales.
Srila Prabhupada: No, espiritualmente son de igual valor, aunque materialmente sus cuerpos pueden ser de distintos grados. Es como las diferentes clases de carros. Un hombre sentado en un Rolls Royce piensa que es muy importante, y un hombre sentado en un Ford o un Chevrolet piensa que es pobre; pero como hombres ambos son iguales. Similarmente, el cuerpo de un ser humano y el cuerpo de un perro son sólo diferentes máquinas, pero las almas son de la misma cualidad -parte integral del Alma Suprema, Krishna.
Sacerdote: Eso es difícil de entender –que mi alma y su alma son parte del Alma Suprema- pues el Alma Suprema es infinita y nosotros somos finitos. Por lo tanto, no podemos añadidos hacer a Dios.
Srila Prabhupada: No, no digo eso. Nosotros somos finitos y Dios es infinito. Si todas las almas se combinaran, ellas seguirían siendo finitas, no infinitas. Noventa millones de ceros no pueden hacer un uno. Asi que yo no digo que añadidos todos vamos a ser iguales a Dios. Pero la cualidad de Dios está ahí en todas las almas. Dios es como un vasto océano y nosotros somos como gotas de agua en el océano. Las gotas contienen los mismos químicos que el vasto océano, mas en grado diminuto.
Sacerdote: Por lo tanto, tenemos las cualidades de Dios en imitación.
Srila Prabhupada: No en imitación. En verdad todas las almas tenemos las cualidades de Dios. Así como una partícula de oro tiene las mismas cualidades que el oro de la mina. Un pequeño fragmento de oro es ciertamente oro, mas no es igual que todo el oro de la mina. Por eso, nuestra filosofía es acintya bhedabheda-tattva: “La inconcebible simultaneidad de unidad y diferencia con Dios y Sus energías”. En otras palabras, somos uno con Dios en calidad, mas diferentes de Él en cantidad. Dios tiene poder creativo, y nosotros también lo tenemos; pero Dios creó millones de planetas que flotan en el aire, y nosotros creamos los 747 que flotan en el aire. No obstante, queremos tomar más crédito.
Sacerdote: Ese es el pecado del orgullo.
Srila Prabhupada: Sí, eso es orgullo falso. Los científicos modernos están enorgulleciéndose de sus logros y dicen que no hay necesidad de Dios -“No hay Dios. Nosotros podemos hacerlo todo-.” Tal es su necedad.