La función natural del alma

Śrīla Bhakti Siddhānta Saraswatī Ṭhākur explica las cuatro cualidades necesarias para cantar el Nombre.

Lo siguiente es una explicación del tercer verso del Śikṣāṣṭakam, ofrecida por Śrīla Bhakti Siddhānta Saraswatī Ṭhākur en 1929, en un comentario llamado Vivṛti.

tṛṇād api sunīchena taror iva sahiṣṇunā

amāninā mānadena kīrtanīyaḥ sadā hariḥ

(Śrī Chaitanya-charitāmṛta: Ādi-līlā, 17.31)

(«El Nombre del Señor siempre debe cantarse siendo más humilde que una brizna de hierba, más tolerante que un árbol, ofreciendo respeto a todos y sin desear respeto de nadie.»)

Ya que el alma es por naturaleza un sirviente de Kṛṣṇa, la función natural del alma, mientras reside en este mundo y en el mundo espiritual, es ocuparse en una constante glorificación al Señor (Hari-kīrtan). Entre todos los medios y fines de autorrealización y de beneficio a los demás, nada se compara con la glorificación al Señor. A través de la glorificación al Señor hay altruismo y buena fortuna para nosotros. El propósito del verso tṛṇād api sunīchena es explicar el sendero para cantar el Nombre sin cometer ofensas al Nombre (Nāmāparādh) o para no cantar la sola apariencia del Nombre (Nāmābhās).

Aquellos que no se interesan en Kṛṣṇa y que están embriagados por el disfrute material, nunca puede entender su propia insignificancia. Los disfrutadores no tienen un entendimiento de su natural insignificancia y su no natural intolerancia. Ellos nunca abandonarán su ego y prestigio materiales, y nunca están dispuestos a ofrecerles prestigio a otros materialistas. Los disfrutadores materialistas son envidiosos, pero los devotos que se encuentran inmersos en la alegría de ofrecerle servicio al Nombre (Nām-bhajanānandī Vaiṣṇava) son más humildes que una brizna de hierba, más tolerantes que un árbol, indiferentes hacia su propio prestigio y ávidos de ofrecerle prestigio a los demás. En este mundo, solo ellos están cualificados y pueden cantar constantemente el Nombre del Señor.

El prestigio indicativo de respeto que ofrecen los Vaiṣṇavas puros a sus respectivos Āchāryas y Gurus, y a otros Vaiṣṇavas, es producto de su natural propensidad a honrar a los demás, y toda cordialidad, respeto, afecto, etc., que ellos muestran a sus seguidores para inspirarlos en el servicio es simplemente una expresión de la natural carencia de orgullo de los devotos puros (amānitā). Los devotos puros no consideran que ese prestigio de respeto sea un prestigio material, y, por tolerar las insinuaciones de los necios, ellos revelan su naturaleza tolerante.

Los devotos puros ocupados en cantar el Nombre consideran que están situados en una posición inferior a la de la hierba que es pisoteada por todas las entidades vivientes en el mundo material. Los devotos puros no se consideran Vaiṣṇavas o Gurus; se ven a sí mismos como discípulos de todo el mundo e inferiores a todos los demás. Sabiendo que cada átomo y cada alma infinitesimal es una morada de Kṛṣṇa, ellos no consideran que algo sea inferior a ellos.

Aquellos que cantan el Nombre no le solicitan nada a los demás. Si otros son enemistosos con ellos, ellos no son vengativos; más bien, oran por el bienestar de sus agresores. Aquellos que practican el kīrtan nunca abandonan el método que recibieron de Śrī Gurudev y nunca, con el deseo de predicar una nueva concepción, crean una tonada de Nombres imaginarios, en vez de cantar el mahāmantra del Nombre del Señor. Cuando un Vaiṣṇava, bajo la guía de Śrī Gurudev, escribe libros y lleva a cabo un kīrtan para predicar acerca del canto y las glorias del Nombre, su humildad no es restringida. Sin embargo, las expresiones o los ademanes engañosos de humildad, hechos por una falta de sinceridad y con un motivo deshonesto para confundir al público, no son muestras de humildad.

Mientras cantan el Nombre de Kṛṣṇa, los grandes devotos (mahābhāgavatas) ven el mundo como favorable para ofrecerle servicio a Kṛṣṇa y a Sus devotos, y no ven formas materiales móviles e inertes para su disfrute. Ellos no consideran, a causa de la tendencia de disfrutar, que el mundo esté destinado para su disfrute. Ellos no crean mantras, ni abandonan el canto del mahāmantra que recibieron de Śrī Guru, ni se ocupan en predicar nuevos conceptos. El considerar que uno es un Guru de los Vaiṣṇavas le impide a uno ser humilde. En esencia: el Nombre del Señor no puede ser cantado por los labios de aquel que desea la posición de un Vaiṣṇava o Guru, que no escucha las instrucciones de Śrī Gaurasundar en el Śikṣāṣṭaka y que se olvida de su verdadero ser a causa de la codicia por riquezas y prestigio con la intención de complacer los sentidos. Mediante ese kīrtan (el así llamado kīrtan ejecutado por semejante persona), un discípulo fiel tampoco podrá obtener la cualificación para escuchar el Nombre del Señor.

(Publicado en «Gaudiya Darshan» por Sripad B. K. Tyagi Maharaj, en la página del SCSMath).

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