Sri Chaitanya Bhagavata, madhya kanda, capítulo dos.

Sri Chaitanya Bhagavata, madhya kanda, capítulo dos.

śrī-caitanya-bhāgavata grantha śuddha-bhakti-mata

El Śrī Caitanya-bhāgavata describe el proceso del servicio devocional puro.

kahe sadāśrī-bhaktivinoda

Así lo afirma siempre Srila Bhaktivinoda

nirantara pāṭha-phale kubuddhi yāibe ca’le

Por estudiar constantemente este libro, la mentalidad pecaminosa es destruida.

kṛṣṇa-preme labhibe pramoda

Para dar cabida al júbilo del amor extático por Krishna

Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati

***

Todas las glorias a Sri Guru y Sri Gauranga

Sri Chaitanya-bhagavata

de Srila Vrindavan Das Thakur

Sri Sri Guru Gaura Nityananda (Ekachakra Dham)

Madhya-khanda

 Capítulo dos

 Mahaprabhu empieza el Sankirtan

 en la casa de Srivas Pandit

 

Todas las glorias a Sri Gaurachandra, quien es como la luna y cuyos refrescantes rayos bendicen al universo entero. Ten la bondad de ofrecerme Tus pies de loto como el eterno tesoro de mi corazón.

Todas las glorias al Señor Gauranga y a Sus devotos. Si uno escucha los Pasatiempos trascendentales del Señor Chaitanya, uno seguramente alcanza la etapa más elevada del amor a Krisna.

Advaita Acharya Prabhu escuchó los diferentes comentarios de los Vaisnavas, acerca del trance extático del Señor, y se sintió extremadamente contento. Colmado de alegría, le dijo a los Vaisnavas: «Mis queridos hermanos devotos. Anoche tuve un sueño, el cual deseo revelarles. Me fui a descansar sintiéndome triste y desanimado; Yo estaba ayunando debido a que no pude entender un verso del Bhagavad-gita. En algún momento de la noche, en mi sueño, vino una persona y me dijo: “¡Levántate, Acharya! Toma de inmediato Tu alimento. Te revelaré el verdadero significado de ese verso del Bhagavad-gita. Pero primero, levántate y come, y luego, adórame. Desecha la melancolía de Tu corazón, pues Tus austeridades y votos finalmente cosecharon su abundante fruto. Todo Tu ayuno, adoración y súplicas continuas al Señor, gritando: ‘¡Krisna! ¡Krisna!’, y el voto que hiciste, con las manos levantadas, para que el Señor descendiera —dieron resultado—. El canto del Santo Nombre del Señor Krisna resonará continuamente en todo país, en cada pueblo y en cada aldea. Por Tu misericordia, todos experimentarán, aquí en Nabadwip, en la casa de Srivas, el éxtasis devocional que muy rara vez alcanza incluso el Señor Brahma. Ahora, me despido de Ti, pero primero, come. Apareceré ante Ti en el futuro”.

»Cuando abrí Mis ojos, vi a nuestro Señor Vishvambhar, pero en un momento Él se desvaneció de mi vista. No entiendo los misteriosos caminos del Señor Krisna, cómo actúa y a quién revela qué secretos. Vishvarup, el hermano mayor de Vishvambhar, acostumbraba venir a Mi casa y hablar acerca del Bhagavad-gita. En ese entonces, Vishvambhar era un pequeño con una belleza exquisita, muy encantador de ver. Él venía a Mi casa para llamar a Su hermano. El pequeño Vishvambhar cautivó todo Mi ser con Su extraordinaria belleza. Yo espontáneamente lo bendecía, diciendo: “Que desarrolles una devoción pura por el Señor”.

»El pequeño proviene de una ilustre familia de grandes eruditos. Su abuelo materno era Sri Nilambar Chakravarti. El Señor Vishvambhar es un gran erudito, así que es natural que Él se atrajera al Señor Krisna. Es sumamente grato escuchar todas las maravillosas actividades de Vishvambhar. Todos ustedes, bendíganlo, por favor, de modo que pueda desarrollar el humor devocional más puro y excelente. Que el Señor Supremo, Krisna, sea misericordioso con todos, bendiciendo a cada uno para que verdaderamente enloquezcan con el canto del Santo Nombre del Señor. Si hay alguna verdad en Mis palabras, entonces, en el futuro todos irán a la casa de este gran bráhmana, Sri Vishvambhar».

Advaita Acharya gritó de júbilo y todos los devotos se unieron a Él. La Suprema Personalidad de Dios descendió en la forma de Su nombre, y todos cantaron: «¡Hari! ¡Hari!»

Alguien dijo: «Nimai Pandit ahora se ha convertido en un gran devoto, de modo que propagará el canto congregacional del Santo Nombre del Señor e incrementará nuestra alegría!» Los devotos ofrecieron sus reverencias a Advaita Acharya Prabhu y se marcharon con gran éxtasis, cantando el Santo Nombre del Señor Hari.

Cuandoquiera que Vishvambhar se encontraba con alguien en la calle, hablaría con gran afecto. Cuando iba temprano cada mañana para bañarse en el Ganges, se encontraría en el camino con todos los devotos Vaisnavas. Cuando veía a Srivas Thakur le ofrecía Sus reverencias.

Sintiéndose muy contentos con Su conducta, los devotos lo bendecían, diciendo: «Que desarrolles una devoción inquebrantable a los pies de loto del Señor Krisna. Canta siempre el nombre del Señor Krisna y solo escucha las glorias de Krisna. Todo se vuelve propicio y exitoso cuando uno adora al Señor Supremo, Krisna. Sin el servicio devocional a Sus pies de loto, la belleza física, la erudición, etc., son inútiles. Krisna es el padre supremo, la vida y el alma de todos. Simplemente trata de desarrollar un amor constante por los pies de loto del Señor Krisna».

Palabras reconfortantes como estas, llenarían de alegría a Vishvambhar. Levantando Su cara, Él lanzaría una mirada a todos, derramando Su misericordia. Él diría: «Sus bendiciones llevan el peso de la verdad real. ¿Quienes, que no sean los devotos, pueden bendecirme con la misericordia para obtener apego devocional a los pies de loto del Señor? Devotos excelsos como ustedes son capaces de otorgar el servicio devocional al Señor Supremo. El Señor Krisna se siente muy complacido y derrama Su misericordia sobre aquellos que sirven a Sus devotos. Considero que, debido a Mi gran fortuna, ustedes me enseñan el proceso del servicio devocional al Señor Supremo. Sé que obtendré apego a los pies de loto del Señor Krisna si ofrezco servicio a devotos puros como ustedes».

Con gran humildad, el Señor caería y estrecharía los pies de loto de los Vaisnavas. Él haría un servicio doméstico para ellos como exprimir la ropa húmeda de alguno, doblar el dhoti del otro. A veces, traía barro del Ganga para uno y a veces llevaba una pesada canasta de flores a la casa de otro. Todos los Vaisnavas protestarían dulcemente, diciendo: «Oh, Vishvambhar, ¿porqué haces esto?» Sin embargo, cada día el Señor servía a Sus propios devotos y sirvientes, llevando a cabo toda clase de mandados para ellos. Él es la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Krisna Mismo, con todo, abandonaba Su propia posición para servir a Sus devotos.

Todas las Escrituras proclaman que el Señor Krisna es el amigo más querido de todos; Él nunca odia o siente antipatía por nadie, tiene igual disposición hacia todas las entidades vivientes. Pero incluso está dispuesto a romper ese mandamiento en bien de Sus dedicados devotos puros. La prueba de esta declaración es que el Señor Krisna eliminó la familia entera de Duryodhan. La tendencia natural de un devoto puro es servir al Señor Supremo, Krisna, y la naturaleza de Krisna es la de servir a Sus devotos. El Señor Krisna es comprado por el amor de Sus entregados devotos, quienes de esa manera lo controlan. Satyabhama en Dvaraka es testigo de esta declaración.

La Suprema Personalidad, el Señor Krisna, vivía ahora secretamente en Nabadwip, como el Señor Gaurasundar, Sri Vishvambhar. Con todo, nadie reconocía al Señor y el propósito por el cual había aceptado esta Encarnación.

Quienquiera que desee tomar refugio a los pies de loto de Krisna, debe servir a Sus devotos puros. El Señor Gaurachandra personalmente les enseñó a las entidades vivientes que el servicio a los Vaisnavas es la forma más elevada de adoración. El Señor Vishvambhar no se sentía apenado de servir a Sus devotos. Él hizo toda clase de  servicios domésticos para ellos: llevarles cosas, lavar sus ropas. Los Vaisnavas, sin embargo, respetuosamente agarraban las manos de Él y trataban de disuadirlo.

Los devotos estaban muy impresionados con la humildad del Señor. Con toda buena intención, ellos lo bendecían, diciendo: «Adora los pies de loto de Krisna, recuerda solo a Krisna y siempre canta Su Santo Nombre. Que Sri Krisna te sea tan querido como Tu misma vida. Repite siempre el nombre del Señor Krisna y sé Su dedicado sirviente doméstico. Que solo el Señor Krisna se manifieste dentro de Tu corazón y que Tu asociación nos libere de todo sufrimiento.

»Que por Tu gracia todos esos tontos desdichados que ridiculizan el canto del Santo Nombre del Señor se ahogen en la nectarina inundación del Krisna-prema. Tú has derrotado al mundo entero con Tu conocimiento de las Escrituras. Ahora, de la misma manera, debes aniquilar a los caídos ateos con la pureza de Tu devoción. Que nosotros, mediante Tu misericordia, seamos colmados por la felicidad de cantar el Nombre de Krisna y por bailar en éxtasis».

Todos los Vaisnavas devotos tocaron al Señor y lo bendijeron. Luego, ellos le revelaron las penas de sus corazones: «¡Que desgracia! Todos los eruditos y profesores de Nabadwip hablan sin parar de diversos temas, pero cuando hay que explicar el proceso del servicio devocional a Krisna, se quedan callados. Hay muchos grandes eruditos, leales partidarios de la orden de renuncia y ascéticos que viven en Nabadwip, sin embargo, a ninguno de ellos se le escucha glorificar al Señor Krisna. En vez alabar los Pasatiempos del Señor y de explicar el servicio devocional, siempre están criticando. Un público pecaminoso escucha sus palabras y les cree. De ese modo, ellos nos tratan peor que basura o paja en la calle. Mi Señor, el canto del Nombre de Krisna no puede ser escuchado en ningún lado, de manera que, nos encontramos ardiendo en el fuego de la aflicción. Con todo, ahora vemos que el Señor Krisna está satisfecho con nosotros, de modo que Te ha inspirado internamente para que aceptes el sendero de la devoción. Sabemos ahora que ciertamente serás la causa de la aniquilación de los ateos. Que vivas por siempre cantando el Santo Nombre de Krisna y que reveles al mundo entero todas las cualidades trascendentales de Krisna».

El Señor aceptó las bendiciones de Sus devotos con profunda gratitud, pues, sin duda, las bendiciones de un Vaisnava incrementan en uno el apego a los pies de loto de Krisna. Sin embargo, la situación afligida y las palabras de los devotos afectaron a Sri Vishvambhar, y Él consideró revelarse muy pronto. El Señor respondió: «Todos ustedes son amados devotos del Señor, lo que digan ciertamente sucederá. Mi vida es realmente bendecida por sus palabras de aliento. Sé que cuando ustedes glorifican al Señor Supremo, Krisna, y cantan Su Santo Nombre, entonces, ¡no hay nadie que pueda detenerlos, ni siquiera la Muerte! ¿Qué puede hacerles un ateo pecaminoso? Solo continúen cantando las glorias de Krisnachandra. El Señor Supremo no puede soportar ver a Sus devotos sufrir, de modo que el Señor aparece en diferentes Encarnaciones para protegerlos. Ahora veo que ustedes son la causa de la Aparición de la siguiente Encarnación de Sri Krisnachandra, en Nabadwip, que convertirá todo este lugar en el planeta espiritual de Vaikuntha. Ustedes redimirán a este mundo de la ilusión. Por favor, permítanme la gracia de que Yo pueda ser siempre su humilde sirviente».

El Señor Vishvambhar tocó entonces los pies de los Vaisnavas, y los devotos a su vez espontánea y efusivamente lo bendijeron. Terminando de bañarse en el Ganga, ellos se dispersaron y regresaron a sus respectivas casas.

El Señor estaba sintiendo una felicidad extrema, pero cuando empezó a meditar en las palabras de los devotos y el sufrimiento que ellos estaban experimentando, sintió surgir la ira dentro de Él y un deseo de castigar a la sociedad atea. Él rugió enojadamente, repitiendo: «¡Los destruiré! ¡Los destruiré! ¡Yo soy Él, Yo soy Él!» Encontradas emociones se apoderaron del Señor; a veces reía, a veces lloraba, a veces caía inconsciente y a veces sentía ganas de golpear y destruir. De ese modo, el Señor manifestaba Su temible humor de destruir a los sinvergüenzas.

Sachimata no podía entender a su hijo; todo ello le parecía muy desconcertante. Ella pensaba que alguna enfermedad había atacado a su hijo. Sachimata no sentía sino afecto por su hijo, de manera que se vio profundamente afectada por esta peculiar transformación en Él. Ella hablaba con todos los que veía acerca de esto: «El Señor ya se llevó a mi esposo y a mi hijo, y todo lo que tengo es este muchacho. Ahora Sus actividades me desconciertan; no sé que pensar de Él. A veces, ríe; a veces, llora, y otras, cae inconsciente. A menudo habla consigo Mismo, y a veces grita, diciendo: «¡Cortaré la cabeza de esos ateos!» A veces, corre hacia un árbol y trepa a sus ramas, luego, súbitamente, con los ojos cerrados cae al suelo. A veces, rechinando los dientes hace un ruido áspero. A veces, Él palmotea Sus manos sobre Su cuerpo; luego, cayendo, rueda por el suelo, sin decir una palabra».

La gente ordinaria, ignorante, no podía ver los síntomas del Krisna-prema en el Señor y pensaba que se trataba de una enfermedad, una clase de transtorno de los aires vitales. Ellos sugirieron que se le atara. La descripción de Sachimata acerca de la condición del Señor atrajo a muchas personas a venir para verlo. Cuando el Señor miró a la gente, los atacó. Esos tontos ignorantes simplemente se rieron y huyeron, pensando que el Señor padecía de demencia.

Sachimata se ponía nerviosa y corría tras las personas para tranquilizarlas.

Algunas personas le dijeron: «Definitivamente, Él sufre de algún transtorno».

Mientras que otros dijeron: «Tú eres la esposa de un sencillo bráhmana, ¿por qué deseas saber más acerca de esto? Es obvio que sufre de un transtorno interno. Dale a beber agua de coco y amarra Sus pies en caso de que se ponga violento cuando la locura lo domine»

Algunos otros sugirieron: «No se va curar con simple medicina. No debes darle otra cosa que Shiva-gui para aliviarlo de este ataque. Aplica el gui sobre su cabeza y luego dale un banõ».

Sachidevi —afectuosa, dulce y noble de mente, madre del universo entero— se llenó de ansiedad. Sin saber qué hacer, ella simplemente le oró al Señor Govinda y se refugió en Él. Ella envió personas a la casa de Srivas y de otros devotos, pidiéndoles que vinieran a su casa.

Un día, Srivas Pandit vino para visitar al Señor, y Vishvambhar inmediatamente se levantó y lo recibió con respeto. El ver a un devoto puro incrementó las emociones extáticas en el Señor. Cuando Srivas Pandit estaba circunvalando a Tulasi Devi, el Señor manifestó síntomas extáticos de llanto, estremecimientos, temblor, erizamiento del vello y cayó inconsciente al suelo. Después de un rato, cuando volvió a la conciencia externa, empezó a llorar a mares y a estremecerse incontrolablemente. A Srivas Pandit le parecían muy maravillosas todas esas manifestaciones del Señor. El pensó para sí mismo: «Estos son los síntomas del éxtasis espiritual más elevado, Krisna-prema. Las personas tontas malentienden y piensan que esto se debe a un transtorno de los aires vitales».

Cuando el Señor pudo hablar, le dijo a Srivas Pandit: «¡Oh, eres tú, Pandit! ¿Cómo encuentras Mi condición? Algunas personas sugieren que debe mantenérseme atado porque estoy transtornado. ¿Cuál es tu opinión?» Sonriendo, Srivas Pandit contestó: «¡Qué maravillosa locura! Anhelo padecer también la misma locura que Tú tienes. En verdad, veo en Ti los síntomas de un gran éxtasis espiritual de Krisnaprema. Has sido favorecido por la misericordia de Krisna».

El Señor se sintió muy feliz al escuchar esto de parte de Srivas Pandit y lo abrazó afectuosamente. Le dijo: «Todos dicen que se trata de un trastorno de los aires vitales, pero ahora tú me has dado un gran esperanza. Me siento agradecido por esto y me siento endeudado por siempre contigo. Si tú también hubieras dicho que yo padecía demencia, entonces, ciertamente hoy me hubiera ahogado en el Ganga».

Srivas contestó: «Tu amor por el Señor Supremo, Krisna, ha alcanzado ese nivel de éxtasis que es deseado por el Señor Brahma, el Señor Shiva y sabios tales como Saunaka. Reunámonos todos y glorifiquemos el Santo Nombre de Krisna, sin que nos importen las críticas de los ateos y pecadores».

Srivas Pandit le dijo a Sachimata: «Abandona tus preocupaciones. Tu hijo no sufre demencia. Positivamente te digo que estos síntomas se deben al más excelso amor por Krisna. Aun cuando estás presenciando estos maravillosos y extáticos Pasatiempos del Señor Krisna, estas actividades y temas se hallan más allá de la capacidad intelectual de los ignorantes y materialistas no devotos, de manera que estos asuntos no deben ser tratados en la presencia de ellos».

Srivas salió de la casa del Señor Chaitanya y regresó a su hogar, dejando a Sachimata apaciguada y aliviada. Si embargo, ella no podía disipar el abatimiento que sentía interiormente, pues ella temía que su hijo dejara el hogar en cualquier momento.

Tales son las maravillosas actividades del Señor Vishvambhar. ¿Cómo puede uno entender estos Pasatiempos trascendentales a menos que el Señor Mismo los revele?

Un día, el Señor y Gadadhar Pandit visitaron la casa de Advaita Acharya Prabhu. Al entrar a su casa, vieron que el Acharya estaba ocupado en ofrecer agua y Tulasi al Señor. Con las manos levantadas, Él gritaba: «¡Hari! ¡Hari!». A veces Él reía y a veces lloraba, completamente abstraído en Sí Mismo. Él expresaba sonidos fuertes, rugientes, como un león enloquecido, como si Él fuera la encarnación del Señor de la destrucción, Rudra. Cuando el Señor Vishvambhar vio a Advaita Acharya Prabhu colmado de emociones espirituales, cayó inconsciente.

Debido a su entendimiento devocional puro, Advaita Acharya Prabhu pudo ver que: «Aquí está el Señor de Mi vida». Él pensó para Sí Mismo: «Hoy te he capturado, eres un engañador, pero hoy no te escaparás de Mí. Todo este tiempo has ocultado de Mí y de todos Tu verdadera identidad, pero ahora, de una manera u otra, has llegado aquí. No siempre me engañarás; sé quién eres, y ahora Yo engañaré al  engañador».

Advaita Acharya Prabhu dispuso todo para adorar al Señor, deseando revelarle al mundo la sublime y absoluta posición de Sri Vishvambhar, quien, hasta entonces, había muy astutamente ocultado Su verdadera y suprema identidad espiritual. Él reunió toda la diversa parafernalia y ofreció incienso, flores y una lámpara de gui a los pies de loto del Señor Chaitanya. Él repetía una y otra vez un verso: «Mi Señor, Tú eres el bienqueriente de las vacas y los bráhmanas, y eres el bienqueriente de toda la sociedad humana y el mundo».

Sri Advaita se encontraba en la más grande de las dichas al reconocer al Señor de Su corazón, y lloraba con lágrimas de júbilo, las cuales lavaban los pies de loto del Señor Chaitanya. Cantando continuamente el sloka, estuvo de pie ante Él, con las manos juntas y adoró Sus pies de loto.

Un poco divertido, y, sin embargo, respetuoso, Gadadhar Pandit le dijo a Advaita Acharya Prabhu: «Oh, Goswami, no es apropiado para Ti comportarte de esta manera con alguien que es mucho más joven que Tú, un simple muchacho».

Advaita Acharya Prabhu sonrió suavemente al escuchar las palabras de Gadadhar Pandit y contestó: «¡Oh, Gadadhar Pandit! ¿Por cuánto tiempo lo vas a ver como un simple muchacho?» Un profundo pensamiento surgió en el corazón de Gadadhar Pandit, y Él dijo: «¿Es Él la Encarnación de la Suprema Personalidad de Dios?»

Después de un rato, Vishvambhar recobró Su conciencia externa y vio que Advaita Acharya lo adoraba, absorto en un trance extático. El Señor Vishvambhar rápidamente se retrajo en Sí Mismo, ocultando Su verdadera identidad. Con las manos juntas, empezó a ofrecer Sus oraciones en glorificación a Advaita Acharya Prabhu. Él le ofreció Sus reverencias y tocó Sus pies, tomando el polvo y colocándolo sobre Su cabeza, entregando Su vida a Advaita Acharya Prabhu.

«Tú eres una persona magnánima», Él dijo, «Por favor, sé misericordioso Conmigo. Yo soy siempre Tu humilde sirviente. Verte hoy es una bendición para Mí y si eres misericordioso podré cantar el Santo Nombre del Señor Krisna. Tú puedes destruir la oscuridad de la nesciencia debido a que Tu corazón es la residencia permanente de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Krisna». El Señor Supremo es muy experto en glorificar a Sus devotos, y este maravilloso intercambio de amor y afecto entre el devoto y el Señor, es espontáneo.

Sri Advaita dijo para Sí Mismo: «Crees que eres muy astuto, pero Yo le he robado a un ladrón», y sonriente contestó: «Mi supremo Señor, para Mí eres superior a todos. Por favor, quédate aquí. Deseo estar contigo y escuchar los maravillosos y trascendentales Pasatiempos del Señor Krisna. Deseo verte todo el tiempo; es el deseo de todos estar contigo y cantar en Tu compañía las glorias del Señor Krisna».

El Señor aceptó Sus palabras y, apreciando el sentimiento de Advaita Acharya, regresó a Su casa. Ahora Advaita Acharya Prabhu quedó convencido de que su querido Señor había llegado. Secretamente, dejó Nabadwip y fue a Santipur para probar Su vínculo de afecto con el Señor. Él pensaba: «Si en verdad Él es la Suprema Personalidad de Dios, y si en verdad Yo soy Su humilde sirviente, entonces, Él será capaz de atar a este sirviente con el lazo del amor y llevarlo a Su lado».

¿Quién puede entender la mente de Sri Advaita Acharya? Por Su potencia espiritual pudo invocar la Aparición del Señor Supremo en este mundo. Tengan por seguro que aquel que no tenga fe en estos temas pronto pronto caerá.

El Señor Supremo Vishvambhar continuó llevando a cabo el canto congregacional del Santo Nombre del Señor junto con todos los Vaisnavas. Todo ellos estaban felices de tener al Señor entre ellos, pero ninguno podía realmente reconocerlo como la Persona Suprema. Cada día vieron al Señor entrar en un maravilloso trance extático. Esa fue una visión extraordinaria para ellos y provocó que se preguntaran si esta personalidad era realmente el Señor Supremo Mismo. Cuando el Señor se hallaba en uno de Sus extáticos trances solo Ananta Shesha podía intentar describir eso.

Cuando el Señor estaba en éxtasis, temblaba como una hoja otoñal que cae. Este temblor era tan incontrolable que miles de devotos no hubieran podido mantenerlo quieto. Un torrente de lágrimas fluía sin restricción como cientos de ríos. Todos Sus vellos se erizaban y Su cuerpo lucía como una dorada y madura fruta de un árbol de yaca. De vez en cuando, empezaba a reír fuertemente, muy divertido Consigo Mismo. En otras ocasiones, caería inconsciente al suelo, incapaz de contener el éxtasis interno. Cuando recobraba la conciencia externa, se quedaba repitiendo el nombre del Señor Krisna.

El fuerte rugiente sonido que a veces producía semejaba romper los tímpanos de los no devotos. Sin embargo, al escuchar lo mismo, por la Gracia del Señor, los devotos gradualmente estaban más cerca de cruzar el océano de la existencia material.

A veces, Su cuerpo se quedaba rígido como una estatua de mármol, y en otras ocasiones, suave y flexible como la mantequilla. Los devotos vieron las maravillosas transformaciones en el Señor y cada uno de ellos estuvo convencido de que la manifestación de esos síntomas extáticos no era humanamente posible.

Todos hacían comentarios conforme a su propio nivel de entendimiento. Alguien dijo: «Él es definitivamente una Encarnación parcial del Señor Supremo». Alguien más dijo: «Él es un gran devoto. Tal vez es Sukadev Goswami, o Prahlad, o incluso Narada Muni» Otro dijo: «Él está aquí para erradicar toda calamidad». Las esposas de los Vaisnavas, quienes observaban todo esto, también comentaron: «El Señor Krisna ha aparecido de nuevo». Una dama dijo: «Creo que Él es una Encarnación de Krisna». De esa manera, diferentes personas ofrecían diferentes opiniones acerca del Señor. Cuando Él finalmente recobraba Su conciencia externa, los abrazaba a todos.

Es imposible para mí describir Su éxtasis. Él, lastimosamente, llamaba con gritos a Krisna, diciendo: «¡Oh, tentador, quien robas los corazones de las doncellas de Vrindavan! ¡Oh, divino amigo del débil y frágil! ¡Oh, océano de misericordia! ¡Oh, Mi Señor Syam! ¡Ay, Ay! Dime, ¿como pasaré estos insoportables días en que no puedo verte?»

En otras ocasiones, Él gritaba, suspirando con gran pesar: «¿Dónde puedo encontrar la dulce cara de Mi Señor, la cual es la más hermosa de las flores?» Luego, gradualmente quedándose quieto, el Señor revelaría dulcemente la pena de Su corazón, diciendo: «Por favor, sean misericordiosos y escuchen acerca de Mi penosa condición. No hay fin a Mi aflicción. Aunque encontré a Mi vida, a Mi querido Kanai (Krisna), ahora lo he perdido».

Los devotos se sentían completamente satisfechos al escuchar estas palabras que explicaban el misterio de Su conducta, y las cuales incrementaban la fe y la reverencia de ellos. Sentados alrededor del Señor, todos lo escucharon, que continuó diciendo: «Cuando regresaba de Gaya, llegué a una aldea llamada Kanai Natasala. Allí vi a un jovencito de belleza espléndida. Él tenía un color brillante, oscuro, del color de la corteza del árbol Tamal. Su rizado cabello estaba decorado con flores silvestres. Usaba una hermosa corona con una pluma de pavo real puesta en ella. Toda Su joyería y gemas brillaban intensamente. Es imposible para Mí describir la belleza de la flauta exquisitamente ornamentada que era sostenida en Sus manos, capturando el corazón de todos. Sus finos pies de loto lucían muy atractivos con campanillas en los tobillos que suavemente tocaban Su piel. Sus agraciados y fuertes brazos eran más formidables que unos pilares azules, y estaban cubiertos con joyas y gemas centelleantes. De Su cuello colgaba la famosa joya Kaustubha y Su pecho estaba marcado con la Srivatsa. ¿Cómo les describiré la belleza de Su dhoti de seda de un amarillo dorado, Sus aretes en forma de pez, pendiendo, y Sus apacibles ojos como pétalos de loto? Sonriendo dulcemente, se Me acercó y Me abrazó. Luego, súbitamente, se marchó rápido, temiendo qué, no lo sé».

Nadie puede entrar en estos humores íntimos y amorosos del Señor Chaitanya a menos que y hasta que esté especialmente bendecido por el Señor para entenderlos.

El Señor solo pudo llegar hasta este punto de Su narración y cayó al suelo, inconsciente, lamentando: «¡Oh, Mi Señor Krisna!» Enormemente preocupados, todos los devotos limpiaron cuidadosamente el polvo del cuerpo del Señor, mientras fuertemente exclamaban: «¡Krisna, Krisna!» El Señor pudo tranquilizarse un poco, y luego de nuevo se inquietó en extremo, exclamando: «¿Dónde está Mi amado Krisna? ¿Dónde está Mi amado Señor?» Él lloró amargamente. Finalmente, el Señor se controló y pudo mantenerse tranquilo. Luego, Su cuerpo gradualmente recobró Su condición apacible, manifestando una extrema natural humildad, y los devotos se sintieron aliviados.

Las palabras del Señor, dotadas de emociones devocionales, dejaban satisfechos con creces los corazones de los devotos. Ellos dijeron: «Todos nos sentimos muy afortunados y bendecidos de tener Tu asociación. ¿Quién se verá atraído a la opulencia de Vaikuntha-Dham cuando Tú estás aquí? Un momento de asociación Contigo capacita a cualquiera para que pruebe el más elevado néctar de la devoción. Todos somos Tus seguidores, bajo Tu protección, de manera que, ten la bondad de dirigirnos en el canto de las glorias del Señor Supremo, Krisna. Las sarcásticas palabras de los ateos nos han quemado. Que Tus lágrimas de Krisnaprema nos refresquen para siempre».

El Señor se sintió muy feliz de escuchar las palabras de los Vaisnavas y regresó a Su casa lleno de amor por Krisna, caminando como un león enloquecido.

Aunque regresó a Su casa, nunca se comportó allí como un hombre de familia ordinario, mundano. Siempre se encontraba inmerso en el amor a Krisna. Lágrimas de amor en separación de Krisna fluían profusamente, como riachuelos, de Sus ojos. Las lágrimas de amor que fluían de Sus ojos eran tales que parecía que el Ganga, el cual fluye de Sus pies, ahora fluía de Sus ojos. Las únicas palabras que el Señor decía, eran: «¿Dónde está Krisna? ¿Dónde está Krisna?» Incluso si alguien hacía una pregunta, Él no tenía otra respuesta. Cuandoquiera que veía a un devoto Vaisnava, correría a preguntarle: «¿Dónde está Mi amado Krisna?» Exclamando de este modo, Él rompería en llanto, y los devotos tratarían de tranquilizarlo.

Un día, Gadadhar Pandit llegó para ver al Señor, con nueces de betel en la mano. Tan pronto como el Señor vio a Gadadhar, le preguntó: «¿Dónde está ese joven negruzco vestido con ropas de un amarillo dorado y con una belleza juvenil y radiante?»

Esos fervientes anhelos por Krisna, expresados por el Señor, realmente rompieron el corazón de los devotos presentes y dejaron a todos sin habla, perplejos. Gadadhar Pandit respondió valientemente: «El Señor Krisna reside eternamente dentro de Tu corazón».

Cuando el Señor escuchó que Krisna estaba dentro de Su corazón, Él empezó a arañar Su pecho con Sus uñas. Con inmenso esfuerzo, Gadadhar Pandit pudo refrenar al Señor por sostener fuertemente Sus manos y tranquilizarlo: «Ten paciencia, Krisna vendrá ahora».

Sachimata vio como Gadadhar Pandit pudo tranquilizar al Señor, y se sintió muy contenta con Él. Ella pensó: «Nunca vi a nadie tan inteligente como este joven. Incluso yo me siento temerosa de confortar a Nimai, pero este joven lo tranquilizó muy bien e inteligentemente». Ella le dijo a Gadadhar Pandit: «Querido muchacho, quédate aquí siempre, no dejes la compañía de Nimai para ir a otra parte».

Sachimata se sentía intimidada ante los devocionales trances extáticos del Señor. Ya no lo veía meramente como su joven hijo, pensaba: «Él no es un mortal común. ¿Pueden lágrimas fluir como un flujo de cascadas en un ser humano ordinario? No sé qué extraordinaria personalidad apareció en mi familia». Sachimata, por lo tanto, temerosa, no iba ante el Señor.

Al atardecer, todos los Vaisnavas se reunían en la casa del Señor Chaitanya. Sri Mukunda Mahasaya empezaba a recitar versos con una melodiosa voz dulce. Mukunda estaba bendecido con una voz tan hermosa que tan pronto como el Señor lo escuchaba recitar, entraba en un trance extático. El Señor empezaba a gritar fuertemente el nombre del Señor, rugiendo como un león. Perdiendo su equilibrio, caía en todas las direcciones, y nadie podía sostenerlo. Todos los síntomas extáticos se manifestaban en Él, simultáneamente. Había una manifestación simultánea de aprensión, risas, temblor, palidez, erizamiento del vello, rugidos, olvido y mareos. Los devotos se llenaban de asombro ante esas maravillosas escenas. La extática absorción del Señor en el amor a Krisna incrementaba en intensidad. Toda la noche transcurría como si hubiera sido un momento, y en las tempranas horas de la mañana el Señor salía de Su trance.

Día y noche, el Señor estaba absorto en el néctar del kirtan, el canto del Santo Nombre. El Señor ya había empezado a propagar el Santo Nombre, y viéndolo a Él, toda la aflicción de los devotos se disipó. El amado hijo de Sachimata, Gaurasundar, cantaba el Nombre del Señor, continua y fuertemente, como el rugir de un león, y el sueño de los ateos fue repetidamente interrumpido.

De modo que, la población atea se enfureció e insultó a los devotos. Alguien dijo: «Ni siquiera puedo dormir en la noche». Otro comentó: «Los gritos y alaridos de ellos enfurecerán al Señor y eso les acarreará una total destrucción». Otro dijo: «Ellos evitan la filosofía y el conocimiento especulativo, y, ¿de esa manera se comportan arrogantemente?» Otro comentó: «¿Quién sabe que es lo que cantan? Detrás de todo este daño está ese bráhmana, Srivas. Él y sus tres hermanos se juntan y gritan como locos: “¡Krisna! ¡Krisna!”, solo para llenar sus estómagos. ¿Acaso no consiguen piedad por cantar dentro de su mente? ¿No es esto pura locura? Toda la región será arruinada debido a este Srivas. Hoy escuché de la corte del rey que ellos enviarán dos barcos con hombres del gobierno para apresar a todo el que hace kirtan en Nadia. Esa es la orden del rey.

»Srivas Pandit y sus hombres correrán y escaparán, pero nosotros tendremos que sufrir todo lo más fuerte de esto. Ya antes les advertí a todos ustedes de echar al río la casa de Srivas. Sin embargo, ustedes no actuaron porque pensaron que yo bromeaba, ahora es demasiado tarde, el peligro nos ha sobrevenido».

Otro dijo: «¿Qué nos importa? Si los hombres del gobierno vienen, solo capturaremos a Srivas y lo entregaremos a ellos».

La población atea de Nabadwip hablaba de este modo acerca de los Vaisnavas, mientras llegaban a Nabadwip los dos barcos con los hombres del gobierno.

Los Vaisnavas escucharon estas noticias y simplemente se refugiaron en el Señor Supremo por recordarlo. De esa manera, se disolvieron todos sus temores. Ellos dijeron: «Lo que el Señor Supremo Krisnachandra deseé, eso sucederá; es para bien. En tanto Él esté aquí, ¿qué temor tendremos de esas miserables personas?»

Srivas Pandit era un alma de corazón apacible y magnánimo; las noticias lo perturbaron y se preocupó por el bienestar de los Vaisnavas. Él se inquietó pues sabía que cualquier cosa podía suceder bajo el gobierno musulmán.

El Señor Supremo, Gaurasundar, la Superalma, conoce todo acerca del corazón de todos. Los devotos todavía no estaban conscientes de que el Señor Supremo había llegado y se encontraba entre ellos. Ahora el Señor decidió revelarse. Sri Vishvambhar vagaba por todos lados, imperturbable y despreocupado, con Su trascendental belleza sin par en la creación entera; Su cuerpo estaba decorado con pasta de sándalo, Sus labios rojizos luciendo como el temprano sol de la mañana y Sus ojos, como unas radiantes flores de loto.

Su cabellera rizada lucía como una cascada, brillando como un halo alrededor de Su resplandeciente cara como de luna. Llevando un cordón de bráhmana alrededor de Sus hombros, estaba vestido con ropas finas. Su espléndida belleza personal cautiva por completo la mente. Mientras masticaba pan de manera casual iba para dar una caminata por la ribera del río.

Cuando los devotos vieron al Señor se alegraron mucho, pero la gente atea se sintió intimidada: «Él debe haber escuchado todo acerca de la amenaza», dijeron. «Con todo, no muestra señas de temor. Se pasea como si fuera un príncipe». Una persona dijo: «Escuchen amigos, yo entiendo todo esto; esperen y vean. Lo que observan ahora es solo otro truco para escapar».

Intrépidamente, el Señor Vishvambhar miraba en todas las direcciones, contemplando la pintoresca belleza de la rápida corriente del Ganga y sus riberas. El vio una manada de vacas pastando en las riberas. Algunas de ellas iban al río a beber agua y unas cuantas brincaban con las colas levantadas. Algunas de ellas se daban cabezasos una a otra y otras solo estaban echadas y rumiaban. Esta escena de inmediato agitó al Señor. Él se olvidó de Sí Mismo, y empezó a emitir sonidos rugientes. Él se mantenía diciendo: «Yo soy Él, Yo soy Él» En esta condición, absorto en Sí Mismo como el Señor Supremo, Vishvambhar corrió rápidamente hacia la casa de Srivas, gritando: «¿Qué estás haciendo ahora, Srivas?»

Srivas estaba ocupado en adorar al Señor Nrisimhadev tras puertas cerradas. El Señor llegó y pateó repetidamente la puerta. El Señor gritó: «¿A quién estás adorando? ¿En quién estás meditando? ¡La persona a quien estás adorando está aquí!»

Srivas vio un fuego abrasador, y su meditación quedó interrumpida. Abrió sus ojos y miró a su alrededor. Vio a Vishvambhar sentado como un héroe y sosteniendo en Sus cuatros manos una caracola, un disco, una maza y un loto. El Señor repetidamente rugía como un león embriagado mientras palmoteaba el lado izquierdo de Su estómago. Al verlo, Srivas empezó a temblar y se quedó completamente sin habla. El Señor le dijo a Srivas: «Oh, Srivas, todo este tiempo no has sabido quién soy. He dejado Mi morada espiritual de Vaikuntha y he descendido a este mundo material por tu llamada, debido a tu fuerte canto del Santo Nombre y a la fuerte invocación de Advaita Acharya Prabhu.

»Estás viviendo indiferente, sin reconocerme. Evitándome, Advaita Acharya Prabhu ha regresado a Santipur. He venido a proteger a los piadosos y a castigar a los bribones. No es necesario que te preocupes. Ofreceme oraciones».

Los ojos de Srivas se llenaron de lágrimas y su corazón se inflamó de amor por el Señor. Todos sus temores se vieron destruidos por la tranquilizadoras palabras del Señor. Corrientes de alegría atravesaron por el cuerpo de Srivas, y él se levantó con las manos juntas y ofreció oraciones al Señor. Srivas Pandit es un gran devoto puro y un excelso erudito. Al recibir la orden del Señor, empezó a ofrecer oraciones.

Él recitó del Srimad Bhagavatam las oraciones del Señor Brahma al Señor Krisna:

«“Oh, Señor, eres la eternamente adorable Suprema Personalidad de Dios. Tu color es de un azúl oscuro como la nube del monzón, y el color de Tus ropas es de un amarillo brillante como el destello de un relámpago. Flores silvestres y aretes de guñja decoran Tus orejas, y una pluma de pavo real adorna Tu corona. Tu cara luce muy espléndida realzada por la guirnalda de flores que se mece suavemente colgando de Tu cuello. Te encuentras hermosamente de pie, con un bocado de comida en Tu mano y Tu boca está untada del requesón que acabas de comer. Tus trascendentales posesiones: una vara para pastorear, un cuerno de búfalo y una flauta —son especiales aspectos de Tu belleza—. Tus pies son suaves como los pétalos del loto. Yo te adoro, hijo de Maharaj Nanda”.

«Yo adoro los pies de loto del Señor Vishvambhar, cuyo color es como el azul oscuro de la nube del monzón, y quien usa ropas amarillas. Ofrezco mis reverencias a los pies de loto del hijo de Sachimata, cuyos ornamentos son una sarta de flores silvestres y una pluma de pavo real.

»Mis reverencias a los pies de loto del discípulo de Gangadas Pandit, Nimai, quien está adornado con una guirnalda de flores y quien sostiene en Su mano un puñado de arroz con yogurt. Ofrezco mis reverencias a los pies de loto del hijo de Sri Jagannath Misra: Nimai. Un millón de lunas palidecen ante la exquisita belleza de Su cara. Ofrezco mis reverencias a Tus pies de loto, mi Señor, a Ti, quien llevas el bastón y la flauta. Ofrezco mis reverencias ante Ti, quien has sido declarado por los Vedas como el hijo de Maharaj Nanda».

Srivas oró igual que Brahma oró a los pies de loto del Señor. Las palabras de alabanza trascendental emanaron con facilidad de su boca, y él continuó diciendo: «Tú eres el Supremo Señor Visnu. Eres el Señor Krisna. Eres el Señor de todos los sacrificios. El más sagrado de los ríos, el Ganga, ha emanado de Tus pies de loto. Eres Sri Ramachandra, la vida y el amado hijo de Maharaj Janaka, y eres el Señor Nrisimhadev. El Señor Brahma y el Señor Shiva son como abejorros que buscan la miel en Tus pies de loto. Eres el conocedor y el compilador de los Vedas, y eres el Supremo Señor Narayan.

»Apareciste como el Señor Vamana para engañar a Maharaj Bali. Eres el Señor Hayagriva. Eres el alma del universo. Eres el Señor Jagannath, la luna de Nilachala, y eres la causa final de todas las causas. ¿Hay alguien que no esté subordinado a Tus energías, ya sea a Tu insuperable energía material o a Tu energía espiritual interna? Incluso Laksmi Devi no está completamente consciente de Tus glorias, aunque Ella es Tu constante compañera. Incluso el Señor Shesha, quien actúa como un amigo, compañero y hermano, y quien Te sirve en todo aspecto, está sujeto a Tu potencia ilusoria, qué decir de los demás.

»Me colocaste en esta condición de la vida familiar, la cual es como un oscuro pozo de olvido. El extraordinario cuerpo humano que he alcanzado ha sido desperdiciado debido a que no pude reconocerte. De diversas maneras Me engañaste, Mi Señor, yendo al punto de usar ropas finas y llevar a cabo Pasatiempos de erudición, de modo que no pude reconocerte.

»Oh, Señor de mi corazón, por favor, escúchame. Ahora que te he encontrado, soy indiferente a todos mis temores. Todas mis aflicciones y sufrimientos se han desvanecido. Mi vida ha empezado nuevamente, mi día ha llegado. Todo mi vida y todos mis esfuerzos se han vuelto exitosos. El sol de la buena fortuna ha surgido en mi corazón. Mis antepasados han sido liberados, y mi casa se ha santificado. Mis ojos han sido bendecidos con una escena tan maravillosa como la que veo ahora. Lo veo a Él, cuyos pies de loto le son muy adorables a la Diosa de la Fortuna, Sri Rama Devi».

Observando la maravillosa forma del Señor, Srivas Pandit no pudo controlarse y cayó en un trance extático. Corrientes de alegría atravesaron por su cuerpo y se sumergió en un océano de felicidad. Con las manos levantadas, él lloraba y jadeaba, y luego rodó por el suelo.

El Señor sonrió y aceptó las oraciones de Srivas con gran satisfacción. «Trae a toda tus familiares que están en casa y que vean Mi forma trascendental», dijo el Señor. «Junto con tu esposa, adora Mis pies y pide cualquier bendición que tu corazón desee».

Siguiendo las instrucciones del Señor, Srivas entró en su casa y reunió a sus familiares, amigos y esposa, y regresó rápidamente ante la presencia del Señor. Llorando de alegría, Srivas ofreció todas las flores, colectadas para la adoración del Señor Visnu, a los pies de loto del Señor Chaitanya. Todos ellos cayeron y oraron fervorosamente, suplicando la misericordia del Señor.

Srivas es muy querido al Señor, por lo tanto, el Señor lo bendijo a él y a todos los presentes, por colocar Sus pies de loto sobre sus cabezas. Sonriendo, Vishvambhar dijo: «Que su apego y atracción por Mí incremente». El Señor habló fuertemente como un león rugiente, y dirigiéndose a Srivas dijo: «Oh, Srivas, ¿tienes miedo de algo? Me han llegado noticias de que los hombres del gobierno quieren capturarte, y que arribaron con dos barcos. Yo soy la Superalma dentro del corazón de todos. Así que Yo controlo y dirijo las actividades de todos conforme a Mi dulce voluntad. El rey solo puede capturarte si Yo, estando situado en su corazón, lo impulso a hacerlo.

»Si ese no fuera el caso, —si él independientemente ordenara tu arresto— entonces, esto es lo que Yo haría. Sería el primero en abordar el barco y presentarme ante el rey. ¿El rey permanecería sentado en su trono después de verme? Yo lo confundiría, lo controlaría y lo haría descender. Si esto no sucede y me retiene para interrogarme, entonces, esto es lo que le diré: “Escucha la verdad, oh, rey. Llama a la corte a todos tus líderes religiosos y jueces. Reúne a todos tus elefantes, caballos, animales y aves. Trae a tu palacio todos las criaturas que tengas. Luego, ordénale a todos tus sacerdotes Kazi que lean de tus Escrituras para que inspiren a todos esos seres a un estado de emoción espiritual que los induzca a llorar”. Cuando los sacerdotes fallen en hacerlo, entonces, Yo le revelaré Mi potencia al rey.

»Yo diré: “Oh, rey, bajo las instrucciones de estos mismos sacerdotes Kazi, cuya carencia de poder espiritual ya has atestiguado, tú deseas prohibir el canto congregacional del Santo Nombre de Krisna. Ahora, verás Mi poder a la completa satisfacción de Tus ojos”. Entonces, Yo capturaré un elefante loco y lo traeré ante el rey, junto con otros elefantes, caballos, venados y otros animales, e instantáneamente los haré llorar de éxtasis y cantar el Santo Nombre. Haré que el rey y que todos sus hombres lloren, y que canten el Nombre de Krisna. Sé que tú no crees que eso sea posible, pero te lo mostraré ahora mismo y lo verás por tí mismo».

El Señor se fijó en una pequeña niña, llamada Narayani, quien era hija del hermano de Srivas Pandit. El Señor Gaurachandra, el Dios Supremo, la Superalma dentro del corazón de todos, le ordenó a la niñita: «¡Narayani! Canta el nombre de Krisna y llora en éxtasis». La niña de cuatro años se agitó en extremo con emociones espirituales y gritó: «¡Oh, Krisna!» Ella empezó a llorar, perdiendo toda percepción del mundo externo. Las lágrimas corrieron por su cuerpo y ella cayó al piso. Sonriendo, el Señor Visvambhar le preguntó a Srivas: «¿Están pacificados ahora tus temores?» Los Vaisnavas recordarán durante muchos años por venir cómo Narayani fue un recipiente de la misericordia del Señor.

Srivas, un Pandit muy erudito, quien es muy versado en todas las conclusiones de las Escrituras, levantó sus manos y dijo: «Mi Señor, cuando Tú muestres Tu terrible forma como el tiempo que todo lo devora y cuando aniquiles toda esta creación entera, Yo sin miedo cantaré Tu Santo Nombre. Ahora que estás aquí, presente ante mí, en mi casa, ¿qué temor puedo tener?»

El Señor manifestó Su opulenta forma de Vaikuntha, y al ver esta sublime revelación, Srivas junto con todos los familiares reunidos, hermanos, esposa y sirvientes, entraron en un trance extático. Incluso los sirvientes y sirvientas de Srivas Thakur veían ahora la forma trascendental del Señor, la cual incluso los Vedas personificados están ávidos de ver. ¿Cómo puedo describir posiblemente la naturaleza gloriosa y magnánima de Srivas Pandit? Un poco del polvo de sus pies de loto puede purificar la creación entera.

El Señor Krisna apareció en la celda de Vasudev mientras estaba prisionero, con todo, llevó a cabo Sus pasatiempos en la casa de Maharaj Nanda. Similarmente, el Señor Chaitanya apareció en la casa de Sri Jagannath Misra, pero Él disfrutó muchos pasatiempos en la casa de Srivas Pandit. Todos los Vaisnavas amaban a Srivas Pandit y cualquiera que llegaba a la casa de Srivas experimentaba un gran alegría. Incluso los sirvientes y las sirvientas en la casa de un devoto como Srivas podían ver la más extraordinaria de las escenas: la Suprema Personalidad de Dios en persona. De esto podemos entender que servir a un devoto puro es el mejor proceso para alcanzar la meta suprema, debido a que por la misericordia de un Vaisnava, uno puede recibir el refugio de los pies de loto de Krisna. El Señor Vishvambhar le ordenó a Srivas: «Ahora, no le menciones a nadie este incidente».

Cuando el Señor recobró Su conciencia externa, se sintió algo apenado y, después de reconfortar a Srivas Pandit, regresó a Su propia casa. Toda la casa de Srivas Pandit quedó inmersa en el júbilo.

Quienquiera que lea las oraciones de Srivas Pandit al Señor, de inmediato será elevado a la posición de un eterno sirviente del Señor Krisna.

El Señor Balaram, mi amado Señor y Amo, me ha hablado desde dentro de mi corazón como la Superalma, y así, bajo Su orden, describo estas maravillosas actividades del Señor Chaitanya.

Oro a los pies de loto de todos los Vaisnavas de modo que ellos puedan bendecirme para alcanzar el servicio al Señor Balaram, mi Señor y Amo, nacimiento tras nacimiento.

Así como no hay diferencia entre el nombre de Nrisimha y Yadusimha, de la misma manera, Yo sé que el Señor Balaram y Nityananda Prabhu son la misma persona.

El Señor Balaram es muy querido al Señor Chaitanyachandra, y yo lo glorifico en Su presente Encarnación con el nombre de Avadhutachandra.

El Señor Sri Krisna Chaitanya y el Señor Nityananda Prabhu son mi vida y alma. Yo, Vrindavan Das, humildemente ofrezco este canto a Sus pies de loto.

 

Traducción al español

Sri Chaitanya Saraswati Sridhar Govinda Sevashram de México, A. R. (Jai Balai Das)

 

Sri Chaitanya Bhagavata, madhya kanda, capítulo uno.

Sri Chaitanya Bhagavata, madhya kanda, capítulo tres. (próximamente)

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