Sri Chaitanya Bhagavata, madhya khanda, capítulo siete.

Sri Chaitanya Bhagavata, madhya khanda, capítulo siete.

śrī-caitanya-bhāgavata grantha śuddha-bhakti-mata

El Śrī Caitanya-bhāgavata describe el proceso del servicio devocional puro.

kahe sadāśrī-bhaktivinoda

Así lo afirma siempre Srila Bhaktivinoda

nirantara pāṭha-phale kubuddhi yāibe ca’le

Por estudiar constantemente este libro, la mentalidad pecaminosa es destruida.

kṛṣṇa-preme labhibe pramoda

Para dar cabida al júbilo del amor extático por Krishna

Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati

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Todas las glorias a Sri Guru y Sri Gauranga

Sri Chaitanya-bhagavata

de Srila Vrindavan Das Thakur

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Sri Sri Guru Gaura Nityananda (Ekachakra Dham)

Madhya-khanda

 Capítulo siete.

 Gadadhar Pandit se encuentra con Pundarik Vidyanidhi

 

El océano de todas las cualidades trascendentales, el Señor Chaitanya, está bailando maravillosamente. Él es la joya chintamani que satisface los deseos de todos mediante Su divina intervención. Aunque no tengo cualificación alguna, esa extraordinaria gema que es el servicio devocional a Sus pies de loto, se me ha otorgado.

Todas las glorias al Señor Gaurasundar, quien es la morada del amor de Advaita Acharya y el Señor Nityananda, y la vida y alma de toda entidad viviente. Él sostiene la vida de Sri Jagadananda y Srigarbha. Todas las glorias a la joya principal del corazón de Sri Pundarik Vidyanidhi.

Que el Señor Supremo, Gaurachandra, quien es el Señor y el Amo de Jagadish y Gopinath, sea glorificado, junto con todos Sus queridos devotos.

Sri Gaurachandra continuó llevando a cabo en Nabadwip Sus extáticos Pasatiempos con Nityananda. Todos los Vaisnavas acompañaban a Advaita Acharya, quien los dirigía en el gran extático baile y en el canto del Santo Nombre del Señor Krisna.

El Señor Nityananda Prabhu residía en la casa de Shrivas Pandit y constantemente mostraba el humor de un niño. Cuando se sentaba a comer, Él no comía por Sí Mismo, sino que actuaba como un niño. De manera que Malini, la esposa de Srivas Pandit, tendría que darle de comer.

Ahora escuchen de la llegada de Pundarik Vidyanidhi a Nabadwip. Pundarik Prabhu es un asociado muy querido de Sri Krisna. Por la disposición del Señor, apareció en la aldea de Chattagram, en Bengala Oriental, purificando esas tierras. Sin embargo, el Señor Mismo apareció en Nabadwip. En la ausencia de Pundarik Vidyanidhi, Él suspiraba profundamente, sintiendo una intensa separación.

Un día, tras un extático baile, el Señor se sentó exclamando: «¡Oh, Pundarik, padre Mío!», y empezó a llorar. «¡Oh, Pundarik; oh, padre Mío, ¿cuándo podré verte de nuevo?» Esa era la magnitud de Su afecto por Pundarik Vidyanidhi. De esta manera el Señor Gaurachandra reveló a Sus íntimos asociados por llevar a cabo Sus maravillosos Pasatiempos.

Todos los devotos que rodeaban al Señor no pudieron apreciar apropiadamente el nombre que Gaurachandra continuaba repitiendo, ni por qué las lágrimas fluyeron continuamente de Sus ojos. Ellos supusieron que el nombre ‘Pundarik’ naturalmente significaba ‘Krisna’, y que ‘Vidyanidhi’ pudo tener muchas diferentes explicaciones. Sin embargo, nadie entendió que esa persona era un asociado muy confidencial del Señor. Finalmente, cuando el Señor salió de Su trance, los devotos le preguntaron: «Querido Señor, ¿por quién lloras? Ten la bondad de revelar, quién es, su nacimiento y sus actividades. Dinos, Señor, de modo que tengamos la buena fortuna de conocerlo».

El Señor contestó: «Puesto que desean escuchar acerca de él, ustedes son ciertamente afortunados. Sus actividades y carácter son muy maravillosos; todo el mundo puede purificarse simplemente por escuchar su nombre. Su extática apariencia es casi como la de una persona ordinaria; por lo tanto, nadie puede reconocerlo como un devoto puro del Señor.

»Este sabio bráhmana sumamente erudito nació en Chattagram. Él ha ejecutado estrictamente los principios religosos prescritos y es respetado por todos. Siempre nada en el nectáreo océano del amor por Krisna, y su cuerpo manifiesta diversos síntomas extáticos, tales como el llanto y el erizamiento del vello corporal. Nunca lleva a cabo abluciones en el Río Ganga para purificarse del pecado como todos hacen; no entra en sus aguas para evitar tocarlo con los pies.

»Sin embargo, al atardecer, cuando la rebosante multitud ya se ha ido, viene para ver al Ganga y ofrecerle sus respetos. No puede soportar ver que le falten el respeto a la Madre Ganga y que la gente la utilice para escupir en ella, que limpie su boca con sus sagradas aguas y lave su pelo y sus ropas sucias en ella. Así que prefiere venir al atardecer cuando no hay nadie alrededor.

»Otra maravillosa característica de Pundarik Vidyanidhi es que siempre bebe agua del Ganga antes de adorar al Señor y de ejecutar todos sus diarios deberes prescritos. De ese modo, le demuestra la grandeza de la Madre Ganga a todos los engreídos eruditos.

»Actualmente se encuentra en Chattagram, pero pronto vendrá a Nabadwip donde también tiene una casa. Ninguno de ustedes sería capaz de reconocerlo, ya que a primera vista uno se inclinaría a pensar que es una ordinaria persona materialista. Estoy muy ansioso por verlo, de modo que ustedes deben orar y tratar de traerlo aquí prontamente».

Hablar de Pundarik Vidyanidhi sumergió al Señor en un trance extático, y Él empezó a llorar, diciendo: «Oh, Pundarik, padre Mío». El Señor lloraba fuertemente, pues solo Él podía entender la grandeza de un Vaisnava tan puro. Solo por la misericordia del Señor puede revelarse la posición maravillosa y única de un devoto puro.

Cuando la Suprema Personalidad de Dios, Él Mismo, desea atraer a una entidad viviente, la entidad viviente debe responder. Así, Pundarik Vidyanidhi repentinamente anheló ir a Nabadwip. Tras hacer los arreglos pertinentes, llegó a Nabadwip con muchos discípulos. En Nabadwip, permaneció encubierto y todas las personas ordinarias lo consideraron un materialista opulento, apegado a una vida de comodidades y disfrute.

Excepto Mukunda, nadie entre los Vaisnavas de Nabadwip supo de la llegada de Pundarik Vidyanidhi. Sri Mukunda era un bráhmana y doctor ayurvédico que también nació en Chatagram, de manera que conocía las maravillosas cualidades Vaisnavas de Pundarik Vidyanidhi. El Señor supo que Pundarik Vidyanidhi se encontraba en Nabadwip y se sintió tan colmado de alegría que le fue difícil controlarse. Sin embargo, el Señor no reveló este hecho a ninguno de los Vaisnavas. De modo que Pundarik permaneció como un materialista disfrutador a los ojos de la gente ordinaria.

Solo Mukunda y su hermano Vasudev Datta conocían la intensidad del amor por Krisna que poseía Pundarik Vidyanidhi. Gadadhar Pandit y Mukunda eran amigos muy entrañables y siempre mantenían la compañía uno del otro. Mukunda le dijo a Gadadhar Pandit: «Escucha con atención, Gadadhar. Un gran devoto ha llegado a Nabadwip. Has estado anhelando la asociación de Vaisnavas puros y hoy Tu deseo quedará satisfecho. Te llevaré para que veas un maravilloso devoto Vaisnava. A cambio de esto, simplemente deseo que me consideres Tu querido sirviente».

El emocionado y feliz Gadadhar Pandit exclamaba el nombre de Krisna mientras se dirigía junto con Mukunda a la residencia del gran Vaisnava. Al llegar allí, encontraron a Pundarik Vidyanidhi sentado confortablemente. Gadadhar le ofreció sus reverencias, y aceptó un asiento que respetuosamente le ofrecieron.

Vidyanidhi le preguntó a Mukunda: «¿Cuál es su nombre y de cuál aldea proviene? Puedo ver que Su cuerpo es refulgente a causa de Su servicio con devoción al Señor Supremo, Visnu, y que tanto Su forma como Su comportamiento son sumamente maravillosos».

Mukunda contestó: «Su nombre es Sri Gadadhar. Él es muy afortunado pues desde Su temprana niñez ha estado completamente desapegado de la vida familiar. En Su identidad externa Él es el hijo de un bráhmana, Sri Madhva Misra. Ya que vive absorto en el servicio con devoción, solo se asocia con Vaisnavas, y es extremamente querido a todos los devotos. Cuando escuchó acerca de ti, se sintió ansioso por conocerte».

Tras escuchar las maravillosas cualidades de Gadadhar Pandit, Vidyanidhi se sintió muy complacido de conocerlo. La gran personalidad, Sri Pundarik Vidyanidhi, estaba sentado como un príncipe. Su hermosa cama, hecha de madera, estaba recubierta con incrustaciones de intrincado bronce y pieda rojiza. Por encima de ella había tres tiras de decorativas cortinas hechas de una tela de brillante brocado. Estaba sentado sobre un colchón suave cubierto con costosas y pulcras sábanas, y había almohadas de seda a su espalda.

A sus lados, muchas vasijas con agua, pequeñas y grandes, estaban a su alcance, así como un bello y brillante plato de bronce con pan de betel preparado cuidadosamente. Dos enormes espejos ornamentados colgaban a sus lados, en los cuales continuamente miraba mientras sonreía con los labios enrojecidos por masticar pan. Él llevaba sobre su frente una marca de tilak con pasta de sándalo y su cara estaba decorada con puntos hechos de una mezcla de sándalo y perfume. En cuanto a su cabello, estaba bien peinado y brillante con aceite delicadamente perfumado.

Dos personas estaban de pie detrás de él abanicándole gentilmente con grandes plumas de pavorreal y enfrente de él había una hamaca bien arreglada. Ya que él seguía una vida de servicio con devoción pura, lucía tan encantador como Cupido. Aquellos que no lo conocían lo consideraban un príncipe, pues todo en él y su alrededor daba la impresión de ser un hombre de vida cómoda y agradable, dada al placer.

Cuando Gadadhar Pandit vio esos lujosos artículos y una atmósfera general de vida materialista, tuvo sospechas. Ya que Gadadhar era una alma completamente renunciada desde su temprana edad, naturalmente entraron a su corazón algunas dudas en relación al carácter de Pundarik Vidyanidhi. Él pensó: «¿Qué clase de Vaisnava es él, rodeado de muchísimas finezas y una vida de lujos? Al escuchar de su humor devocional yo desarrollé un gran respeto por esta persona, pero ahora, al verlo, esto lentamente da paso a la duda y la sospecha».

Mukunda entendió la mente y el corazón de Gadadhar Pandit, de manera que asumió que tenía que revelar la verdadera naturaleza de Pundarik Vidyaniddhi. Por la especial misericordia del Señor Krisna, a Gadadhar Pandit le era permitido percibir todo; nada permanecía desconocido para él.

Con una voz muy dulce, Mukunda empezó a cantar un verso del Srimad Bhagavatam que describe las glorias del servicio devocional: «Ay, ¿cómo podría refugiarme en alguien sino en Él, el más misericordioso, quien le otorgó la posición de una madre a la demonia Putana? La bruja Putana sin misericordia siempre anhelaba la sangre de niños humanos. Con ese deseo en mente preparó un veneno mortal para que fuera chupado de su pecho, con la intención de matar a Krisna, pero debido a que ofreció su pecho al Señor, ella obtuvo el máximo logro».

Tan pronto como estas palabras, relativas al servicio devocional, entraron a sus oídos, Pundarik Vidyanidhi empezó a gemir, lágrimas de amor extático humedecieron sus ojos, corriendo abundantemente por su cara como la corriente del Río Ganga. Simultáneamente, todos los síntomas del éxtasis se manifestaron en su persona. Él lloró, tembló, rodó por el piso, sus vellos se erizaron, rugió y finalmente cayó inconsciente en un estado de éxtasis.

Luego, repentinamente, recobrando la conciencia, dijo con una fuerte voz: «¡Di! ¡Di!» y nuevamente cayó al piso. Agitado con emociones espirituales, pateó todo lo que estaba cerca y todos los lujosos enseres se estrellaron contra el piso. Los brillantes  recipientes de bronce que contenían agua, el contenedor de las hojas de betel, las sábanas, todo se convirtió en un confuso desorden. Él empezó a desgarrar sus finas vestiduras, y su cabello bien peinado se volvió un desastre mientras lloraba y rodaba en el polvo.

Él gritó: «¡Oh, Krisna, mi Señor, mi alma, mi vida misma, me has hecho duro de corazón como una piedra!» Él se lamentó, gritando lastimosamente: «¡He sido privado de asociarme con el Señor en Su muy misericordiosa Encarnación!» Él rodó y cayó en el piso. Todos temieron que sus huesos se hubieran quebrado.

Se estremeció tan violentamente que tres personas no pudieron sostenerlo. Pateó todo lo que estaba a su alcance, mientras sus discípulos se quedaban parados, impotentes, incapaces de controlarlo. De esta manera, la tormenta del amor extático continuó hasta que finalmente amainó, y él entró en un estado inconsciente de dicha. Yacía sin respirar, totalmente sumergido en un océano de éxtasis espiritual.

Asombrado de lo que había presenciado, Gadadhar Pandit empezó a lamentarse, pensando: «¿Qué momento impropicio Me dominó para hacerme pensar de una manera tan ofensiva acerca de esta gran personalidad?» Él abrazó a Mukunda, sintiéndose extremadamente complacido con él. Empapándolo con lágrimas de amor, dijo: «Mukunda, has actuado como un verdadero amigo; Me has mostrado un devoto del Señor, puro e inmaculado. Será muy difícil encontrar otro Vaisnava puro como él en alguna parte de toda la creación.

»Uno puede purificarse de manera total simplemente por observar su actitud devocional. Hoy, debido a tú estás a Mi lado, pude evitar una gran catástrofe. Cuando vi todos los lujosos enseres que rodeaban a Pundarik Vydiyanidhi, Me sentí convencido de que era un Vaisnava materialista entregado a los placeres de la vida.

»Tú pudiste leer Mi mente y siendo un alma inmensamente magnánima Me has revelado la ilimitada dimensión del amor por Krisna que posee Pundarik Vidyanidhi. Con todo, hoy he sido ofensivo al grado de que Mi ofensa solo puede ser mitigada por tu misericordia. Sé misericordioso Conmigo y purifica Mi corazón.

»Todos los devotos que se han entregado al Señor a través del proceso del servicio devocional han aceptado el refugio y las instrucciones de un guía. Sin embargo, Yo no tengo ese instructor, así que he decidido refugiarme en Pundarik Vidyanidhi y ejecutar el servicio devocional bajo su guía. Contrarrestaré todas Mis ofensas por volverme su discípulo».

De ese modo, Gadadhar Pandit le reveló a Mukunda su deseo de convertirse en discípulo de Pundarik Vidyanidhi. Mukunda se sintió extremadamente complacido con la decisión y le dijo: «Muy bien, muy bien».

Sri Pundarik Vidyanidhi se sumergió en un estado de extática inconsciencia durante seis horas. Gradualmente, regresó a su condición normal, y se sentó tranquilamente. Era imposible para Gadadhar Pandit controlar las lágrimas de alegría que rodaban abundantemente por su cara, humedeciendo todo Su cuerpo. Cuando Sri Vidyanidhi vio esto, abrazó a Gadadhar Pandit, llevándolo a su corazón. Arrollado por la devoción extática de Pundarik Vidyanidhi, Gadhadar no podía hablar.

Mukunda habló, revelando la mente de Gadadhar Pandit: «La duda surgió en la mente de Gadadhar cuando al principio vio tu extravagante apariencia y entorno, pero ahora está arrepentido y desea recibir iniciación de ti. Él es un renunciado devoto del Señor. Aunque es joven, es maduro en la comprensión espiritual y proviene de la muy buena familia de Sri Madhva Misra. Desde su niñez ha estado apegado a la Suprema Personalidad de Dios. Yo creo que esta es una muy buena combinación: un Maestro Espiritual muy elevado como Pundarik Vidyanidhi con un discípulo igualmente idóneo como Gadadhar Pandit. Por favor, considera estos puntos y selecciona un día propicio para iniciarlo con tu diksa mantra».

Pundarik Vidyanidhi sonrió y dijo: «Puedes estar seguro que haré lo que me pides, pues, por la misericordia del Señor, es mi gran fortuna encontrar una persona que es como una gema preciosa. Un discípulo como él solo puede ser hallado como resultado de innumerables vidas de actividades piadosas». Alborozado, Gadadhar Pandit ofreció Sus reverencias y se despidió de Pundarik Vidyanidhi. Mukunda y Gadadhar fueron directamente para ver al Señor Gaurachandra, quien recibió con felicidad las noticias de la llegada de Pundarik Vidyanidhi.

Durante la noche, sin ser visto por nadie y dejando a sus asociados, Pundarik fue a ver al Señor Gaurachandra. Tan pronto como vio al Señor, cayó como una vara, ofreciegndo sus reverencias. Abrumado por el trance extático, yació en el piso experimentando olas de dicha.

Brevemente después, recobró la conciencia externa y rugió fuertemente. Luego, mostrando un desprecio de sí mismo, empezó a llorar diciendo: «Oh, mi querido Krisna, Tú eres mi Señor y padre. Soy un gran ofensor. Por favor, castiga a este miserable. Oh, Señor, has liberado a todos; únicamente yo, en el mundo, he sido privado de esa buena fortuna».

Escuchando su lamento, todos los Vaisnavas reunidos, quienes de inmediato percibieron que Pundarik Vidyanidhi era un gran y excelso Vaisnava, se acongojaron mucho y empezaron a llorar.

La Suprema Personalidad de Dios, el Señor Chaitanya, se siente especialmente inclinado a Sus devotos puros; por lo tanto, al ver a Su amado devoto, se levantó y lo abrazó. Llorando, el Señor dijo: «Oh, padre Mío, Pundarik. Hoy finalmente te he podido ver».

Los Vaisnavas se regocijaron y sus ojos se llenaron de lágrimas, por tener la asociación de un excelso devoto como Pundarik Vidyanidhi. Entendiendo cuán querido era Pundarik Vidyanidhi para el Señor, los devotos de inmediato sintieron afecto, respeto y un lazo de afinidad para con él. El Señor continuó abrazando fuertemente a Pundarik Vidyanidhi, como si hubiese querido fundir Su cuerpo con el de él. Por tres horas, el Señor no pudo moverse y permaneció como una estatua, sosteniendo a Vidhyanidhi en Su cerrado abrazo. Cuando el Señor salió de Su trance, empezó a cantar el Nombre de Hari, y dijo: «Hoy el Señor Krisna ha sido muy misericordioso Conmigo. Ha satisfecho todos Mis deseos pues he encontrado a la persona que Mi corazón anhelaba».

Pundarik Vidyanidhi acogió a todos los Vaisnavas con afecto y todos juntos empezaron a cantar el Santo Nombre. El Señor entonces presentó a Pundarik diciendo: «Su nombre es Pundarik Vidyanidhi, el Señor lo ha creado especialmente para distribuir Krisna-prema».

Escuchando esto, los devotos respondieron felizmente por alzar sus brazos y cantar: «¡Hari, Hari!» El Señor dijo: «Hoy es un día especial, ha sucedido una cosa maravillosa. Me desperté de Mi sueño y Mis ojos contemplaron directamente el océano del Krisna-prema en persona».

Todo esto ocurrió mientras Pundarik Vidyanidhi se absorbía en un trance extático, inconsciente de su entorno inmediato.

Después, salió de su trance y se dio cuenta de los devotos que estaban a su alrededor. De inmediato, ofreció nuevamente sus reverencias al Señor y luego a Advaita Acharya, e intercambió amor y devoción con todos los Vaisnavas.

Fue una escena gloriosa, ya que todos los devotos flotaron en olas de éxtasis, emocionados de conocer a Pundarik Vidyanidhi, quien es un océano de Krisna-prema. Únicamente una persona extremadamente piadosa y afortunada es capaz de describir esa maravillosa escena.

Gadadhar Pandit pidió permiso a Sri Vishwambhar para tomar iniciación de Pundarik Vidyanidhi. Gadadhar dijo: «No pude entender el inusual comportamiento de esta gran personalidad y fui irrespetuoso. Por eso, a fin de purificarme de este pecado, deseo ser su discípulo, pues ciertamente como Maestro Espiritual Mío, me perdonará».

Apreciando el humor de Gadadhar Pandit, el Señor dijo: «Sí, lleven a cabo la iniciación pronto». De ese modo, con gran satisfacción, Gadadhar Pandit aceptó formalmente iniciación de parte de Pundarik Vidyanidhi, el océano de la extática devoción amorosa.

¿Qué capacidad tengo yo para hablar de las maravillosas cualidades de Sri Pundarik Vidyanidhi?  Él es un Vaisnava tan excelso que incluso Gadadhar Pandit fue su discípulo.

He narrado, solo brevemente, este maravilloso Pasatiempo de Pundarik Vidyanidhi. Anhelo y espero que un día pueda tener su mirada y asociación. Pundarik Vidyanidhi y Gadadhar fueron el Maestro Espiritual y el discípulo ideales, y ambos son

profundamente queridos al Señor Supremo, Sri Krisna Chaitanya.

Quienquiera que escuche o lea acerca de este encuentro entre Gadadhar Pandit y Pundarik Vidyanidhi gradualmente experimentará los elevados éxtasis del Krisna-prema.

El Señor Sri Krisna Chaitanya y el Señor Nityananda son mi vida y alma. Yo, Vrindavan Das, ofrezco mi humilde canto a Sus pies de loto.

Traducción al español

Sri Chaitanya Saraswati Sridhar Govinda Sevashram de México, A. R. (Jai Balai Das)

Sri Chaitanya Bhagavata, madhya kanda, capítulo seis.

 

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