Śrīla Bhakti Rakṣak Śrīdhar Dev-Goswāmī Mahārāj habla acerca del cálculo y del progreso a través de la gradación del teísmo.
«Él es el dueño y Él es el disfrutador. Yo también le pertenezco a Él». Sólo con esta clase de concepción puedes tener tu posición normal. De lo contrario, estarás padeciendo de un conocimiento enfermo, un conocimiento falso. Si deseas un ajuste apropiado en relación con el Absoluto, debes establecerte en tal posición.
Tú le perteneces a Él, y todo le pertenece a Él; Él es por Sí mismo y para Sí mismo. Él está en la raíz de todo, y Él es el futuro de todo. De este modo, tenemos que ajustarnos en relación con el Absoluto, y entonces podemos tener la esperanza de acercarnos a Él. De lo contrario, estaremos yendo lejos, muy lejos, en busca de nuestro logro egoísta.
Ningún estándar es capaz de medirle a Él en ningún aspecto. Incluso el Sr. Einstein ha dicho que una cosa es lo que es y algo más. ¿Cómo alcanzar a calcular ese “y algo más”? El que crezca o disminuya, también ha de añadírsele. Lo que es, no es eso: tiene que serle añadida alguna cualificación más. Tómalo como infinito. Lo que una cosa sea, no es sólo eso, sino que hay que añadirle algo más. La posibilidad y la perspectiva han de añadírsele a una cosa particular cuando vas a hacer cálculos: «Esta es su longitud, anchura y altura»; habrá que añadirle algo más para determinar su valor potencial.
A cada segundo todo está cambiando por la voluntad suprema. Para su existir todo depende de la voluntad divina, del entorno total de la voluntad divina. Todo es muy incierto. Nada es seguro aquí puesto que depende de Su dulce voluntad —así que sin tomarlo en cuenta a Él tu cálculo no será perfecto—. En lo que sea que vayas a calcular tienes que considerar que la voluntad suprema está en el trasfondo de todo. Tienes que añadir algo más allí porque ello depende de alguna otra causa. Los cálculos para el sol, los planetas, el brahmāṇḍa, y cualquier cosa que sea, todo es cambiante en base a Su dulce voluntad. De modo que no podemos hacer un cálculo definitivo.
Al vagar a través de diferentes etapas de la vida conforme a nuestro karma pasado, en dondequiera que se nos coloque, con cualquiera calificación que obtengamos, tenemos que entregarnos al Infinito, a la voluntad absoluta. Eso nos acercará a Su plano.
Aquí en la India hay hedonistas, adoradores de muchos dioses, pero la conexión final, el mantram, es: «De cualquier cosa que yo haya hecho, el resultado, la consecuencia, se lo ofrezco a Kṛṣṇa». Ellos tienen Durga-pūjā, esta y aquella pūjā, llevan a cabo tantas pūjās, pero después de terminar toda ceremonia hay una conexión, un mantra: «Etat karma-phalam, cualquier cosa que yo haya hecho, el resultado lo ofrezco a Kṛṣṇa, Śrī Kṛṣṇāya samarpitam aṣṭu». El vínculo está ahí. Según mi tendencia mental, estoy obligado a hacer algo, pero los ṛṣis, los guardianes de la sociedad espiritual, han dado el vínculo: «Hagas lo que hagas, conéctalo con Kṛṣṇa»: yat karoṣi yad aśnāsi yaj juhoṣi dadāsi yat (Bg 9.27).
El Rāmānanda-saṁvād tuvo su inicio teniendo como base el varṇāśram. Luego, lo siguiente fue Kṛṣṇe karmārpaṇ (el ofrecer los resultados de las propias actividades a Kṛṣṇa), pues el varṇāśram-dharma está conectado indirectamente con Kṛṣṇa en todas partes, sin embargo, sentir una conexión directa con Kṛṣṇa en todos los resultados, todos los frutos —eso es un paso más arriba—. Luego, el renunciar a eso y aceptar el plano consciente, descartando la energía material, en el jñāna-miśrā-bhakti (la devoción mezclada con conocimiento) —eso es más elevado—. Tenemos que llegar a eso: a no tener fe en la energía material, sino fe únicamente en la energía espiritual, que es más eficiente y poderosa. Samaḥ sarveṣu bhūteṣu: situados en tal plano de sustancia espiritual, sentiremos: «Soy espíritu, no tengo nada que ver con la materia. Soy brahma, soy chetan, soy consciente, y mi necesidad de la energía material es nula. No voy a ser un cuidador ni de la adquisición ni de la pérdida material; no voy a ser afectado ni por la pérdida ni por la ganancia del plano material».
«Mad bhaktiṁ labhate parām: desde esa base una persona se vuelve realmente elegible para buscarme a Mí». Cuando el encanto por la adquisición material desaparece totalmente del corazón, uno tiene una mejor posición. Pero Mahāprabhu dijo: «Eho bāhya: ello también es una concepción inferior. Ve más alto, profundiza. Esto es tambiém superficial. En la etapa de Mad bhaktiṁ labhate parām, uno no ha alcanzado ninguna devoción o atracción y uno es solamente independiente de la pérdida o la ganancia material. Retirarse del lado negativo no significa que uno haya alcanzado una posición en el mundo positivo, así que: «Eho bāhya: esto es también superficial. Ve más allá».
Entonces Rāmānanda Rāy presentó el jñāna-śūnya-bhakti. Dondequiera que se esté colocado, en cualquier matiz de la vida en que se esté ubicado, si vemos que se tiene cierto gusto por Kṛṣṇa-kathā, por las noticias, por la narración acerca del līlā de Kṛṣṇa, si la historia de Kṛṣṇa es muy agradable para el corazón, entonces Mahāprabhu dice: «Eho haya, āge kaha āra: ¡aquí estás! Ahora Yo tengo que admitirlo: cuando se nota un gusto por Kṛṣṇa-kathā en alguna jīva, sin duda que se trata de un vínculo positivo, independiente de la posición externa. Dondequiera que él esté o de cualquier cosa que él sea, incluso si es una bestia tal como Hanumān o Garuda, si en el corazón de esa persona hay un gusto por Kṛṣṇa, entonces allí se empieza. Ahora, ve más allá».
Fuente: De una plática del 20 de enero de 1982
(Publicado en la sección «Gaudiya Darshan» de la página del SCSMath)
Traducción: Jaibalai prabhu