Un extracto del libro “Sermones del Guardián de la Devoción”, vol. III,
Por Srila Bhakti Raksak Sridhar Dev Goswami Maharaj.
Devoto: Nuestro Guru Maharaj, Srila Swami Maharaj Prabhupad, solía decir: athatho significa que «ahora hemos llegado a la forma humana de vida», «después de llegar a la forma humana de vida».
Srila Guru Maharaj: Pero la forma humana de vida por sí sola no es suficiente. Es necesaria la asociación de un sadhu: Sat-sanga, sadhu-sanga. Cualquiera que haya recibido la gracia de un sadhu puede obtener ese néctar, pero, por otra parte: ya’o paàa bhagavata vaisnavera sthane, incluso un brahmín puede no estar cualificado para aproximarse al Bhagavatam. Sriman Mahaprabhu dijo: «Acércate a un Vaisnava, de él obtendrás el verdadero punto de vista del Bhagavatam y cómo aproximarte a él».
Devananda, un verdadero brahmín de notable erudición, era un «profesor» del Bhagavatam. Mucha gente solía ir a escucharle. Pero aunque era un erudito, su punto de vista era el punto de vista de la escuela de Shankara.
Srivas Pandit también vivía en la localidad, sin embargo, él era un experto en las verdaderas explicaciones del Bhagavatam.
Mahāprabhu dijo de repente un día: «Oh, ese Devananda Pandit enseña el Bhagavatam a tantos estudiantes, pero él mismo no conoce su verdadero significado. Está difundiendo veneno en nombre del Bhagavatam. Iré y romperé sus libros». Inspirado un día por tal espíritu, Mahaprabhu corrió de repente hacia aquel lugar, pero Srivas Pandit, y otros quizás, le detuvieron, diciendo: «No, no, esto no te hará bien».
De todos modos, otro día Mahaprabhu se encontró con Devananda Pandit y le dijo: «Estás enseñando el Srimad Bhagavatam a los estudiantes, pero ¿sabes lo que hay en el Bhagavatam? Tú mismo no sabes qué néctar hay allí».
De alguna manera, Mahāprabhu lo puso en ridículo:
«Cuando alguien ha comido y tiene la barriga llena, va a la letrina y al defecar siente cierto alivio, ¡pero tú ni siquiera obtienes esa clase de escaso placer! En el Bhagavatam hay un néctar y un sabor tan elevados, y tú, un tipo tan mezquino con una mente tan mezquina, te acercas al Bhagavatam y lo enseñas de una forma tan sucia. ¿Qué sabes tú del Bhagavatam?».
En otra ocasión, Srivas Pandit vino a escuchar el Bhagavatam a la escuela de sánscrito (tol) de Devananda. Mientras Devananda pronunciaba los versos (slokas), Srivas los entendía a su manera, lo que causaba en él muchos sentimientos: a veces derramaba lágrimas y otras temblaba. Devananda Pandit les dijo a sus alumnos: «Oh, ese hombre ha venido a perturbarnos con todos esos sentimientos inferiores. ¡Sáquenlo!» Así pues, sus estudiantes sacaron a Srivas Pandit de allí y lo dejaron fuera. Eso enfureció a Mahaprabhu.
Más tarde, Vakreswar Pandit el devoto íntimo de Mahāprabhu, fue a casa de Devananda. Habló en privado con Devananda y Devananda se convirtió: «Sí, no sabía que esos significados podían encontrarse en el Srimad-Bhagavatam. Estaba influido por la enseñanza de Shankaracharya de que el Brahma lo es todo, por lo tanto, consideraba que estos temas del Bhagavatam eran todos saguna, que todos estaban bajo Maya». Así pues, cuando Mahaprabhu, después de cinco años de sannyas, vino de nuevo a visitar esta zona, Kuliya, aquí en Nabadwip Dham, Devananda cayó a Sus pies, llorando: «¡He cometido muchísimas ofensas!».
Mahaprabhu dijo: «Sí, pero no has cometido ofensas tanto contra Mí como contra Srivas Pandit. Ve y pídele perdón y serás absuelto de esas ofensas». (Chaitanya Bhagavat: Antya 3.541)
De este modo, Chapala Gopal y muchos otros que habían hecho tantos comentarios negativos acerca la conducta de Sri Chaitanyadev se acercaron a Él, diciendo: «No pudimos comprender Tu sobresaliente personalidad y Tu superioridad, por eso, sin saberlo, hemos hecho mucho mal contra Ti. Por favor, perdónanos».
Mahāprabhu los perdonó diciendo: «Oh, no, no, no hay ofensa, todo está bien. Váyanse ahora en paz».
Así también, en el caso de la lectura del Srimad-Bhagavatam existe esta cuestión de adhikara y sat-sanga. Incluso un brahmín puede no tener la posición apropiada para comprender las Escrituras, ya no decir enseñarlas. Solo sadhu-sanga —la asociación con un buen maestro— es necesaria para comprender las Escrituras.