Sri Chaitanya Bhagavata, madhya khanda, capitulo 16.

Sri Chaitanya Bhagavata, madhya khanda, capitulo 16.

śrī-caitanya-bhāgavata grantha śuddha-bhakti-mata

El Śrī Caitanya-bhāgavata describe el proceso del servicio devocional puro.

kahe sadāśrī-bhaktivinoda

Así lo afirma siempre Srila Bhaktivinoda

nirantara pāṭha-phale kubuddhi yāibe ca’le

Por estudiar constantemente este libro, la mentalidad pecaminosa es destruida.

kṛṣṇa-preme labhibe pramoda

Para dar cabida al júbilo del amor extático por Krishna

Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati

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Todas las glorias a Sri Guru y Sri Gauranga

Sri Chaitanya-bhagavata

de Srila Vrindavan Das Thakur


Sri Sri Guru Gaura Nityananda (Ekachakra Dham)

Madhya-khanda

 Capítulo dieciséis

 Sri Chaitanya disfruta del arroz de Suklambar

 

Todas las glorias a Sri Gaurachandra, el Señor de todos los Señores. Todas las glorias a los amados devotos de Sri Vishvambhar.

Sri Vishvambhar está ahora en medio de la plena manifestación de Su movimiento de sankirtan, junto con Sus asociados, en Nabadwip. Noches enteras transcurren con baile y kirtan, detrás de puertas cerradas, pues esos Pasatiempos no estaban destinados para los hombres materialistas comunes.

Un día, el Señor estaba absorto en bailar, en la casa de Shrivas Pandit. Sin que nadie lo supiera, la suegra de Shrivas se ocultó derrás de unas cestas en un rincón de la habitación. Sin embargo, ¿de qué sirve jugar a las escondidas? Cuando se carece de un sentimiento interno devocional, no se tendrá la suficiente fortuna para ver el extático baile del Señor.

Mientras el Señor bailaba repetidamente decía: «¿Por qué hoy no siento la habitual alegría?» Él es la Superalma que reside en el corazón de todos, no obstante, sabiéndolo todo no reveló nada, pretendiendo ignorancia.

Él dijo en medio de Su bailar: «Hoy no derivo ninguna satisfacción. ¿Alguien se está ocultando en alguna parte de esta habitación?»

Srivas Pandit fue por toda la casa buscando extraños, pero no pudo encontrar a nadie y le informó de lo mismo al Señor. Los devotos continuaron el kirtan, pero el Señor sintió lo mismo que antes. De nuevo, se detuvo y dijo: «Todavía no siento el habitual éxtasis. Tal vez es la voluntad de Krisna».

Los devotos cayeron en un remolino de agonía mental. Ellos dijeron el uno al otro: «No hay nadie sino nosotros, así que, probablemente debido a alguna ofensa de nuestra parte el Señor hoy no está disfrutando de Su baile».

Shrivas Pandit fue a buscar de nuevo y eventualmente descubrió a su suegra ocultándose detrás de las cestas. Shrivas Pandit se encontraba embriagado con amor por Krisna. ¿Cómo puede alguien que no tiene conciencia externa volverse orgulloso? Su cuerpo empezó a temblar al recordar la insatisfacción de Vishvambhar. Él ordenó que fuera jalada por el cabello y echada fuera. Esto se hizo sin que nadie se enterara y casi de inmediato. Vishvambhar empezó a sentir el habitual éxtasis al bailar. Él dijo: «Ahora, puedo sentir el éxtasis». Shrivas Pandit se sintió muy feliz de escuchar eso y rió, uniéndose al kirtan.

El kirtan alcanzó ímpetu mostrando la jubilosa reacción de los devotos; todos rieron y bailaron. El Señor Chaitanya bailó con divina satisfacción y Nityananda bailó alrededor de Él.

Los Pasatiempos del Señor Chaitanya no son visibles para nadie, solo para esas almas afortunadas que reciben la especial misericordia del Señor.

En otra ocasión, mientras el Señor bailaba, repentinamente se detuvo, y miró a Su alrededor, descontento. Él dijo: «Hoy no siento ninguna alegría por bailar. No sé que ofensas he cometido contra un Vaisnava». Todos se detuvieron y se preguntaron que había salido mal.

En realidad, este incidente era consecuencia de algo que había sucedido antes.

Advaita Acharya es naturalmente un devoto del Señor Chaitanya en el humor de servidumbre. Cuando el Señor Chaitanya se sentó en el trono de Visnu, Advaita Acharya puso los pies de loto del Señor sobre Su cabeza. Además, cuando el Señor empezó a revelar Su poder y grandeza, Advaita Acharya fue llevado por olas de alegría. Cuando el Señor dijo: «¡Oh, Nada! Tú eres Mi sirviente», Advaita Acharya se sumergió en una dicha oceánica.

La naturaleza y posición del Señor Chaitanya es inconcebible y no puede ser entendida. En un momento Él es el autócrata Supremo y, en el siguiente, se inclina para abrazar los pies de los Vaisnavas.

Gritando con gran humildad, el Señor dijo: «¡Oh, Krisna, Mi muy querido Señor, Tú eres para Mí la vida misma!» El Señor lloraba de una manera tan lastimosa que incluso los corazones que son como una piedra se derretían con piedad. El Señor continuamente manifestó esos humores devocionales de servidumbre. Enfrente de todos, desechó el omnipotente comportamiento del Señor Supremo y actuando opuestamente a la naturaleza de Su omnisciente ser, preguntó: «¿Hice algo debido a la carencia de autocontrol y a la agitación mental? Si fue así, entonces, ¿por qué no se me hizo morir de inmediato? Krisna es Mi vida y alma; Krisna es Mi meta, y ustedes son Mis hermanos y amigos nacimiento tras nacimiento. El servicio devocional a Krisna es el destino último. Todos ustedes tengan la bondad de infundir en Mí esta fe, de lo contrario, Me volveré caprichoso.»

Todos los devotos se quedaron perplejos con ansiedad y nadie pudo contravenir las palabras del Señor. En otras ocasiones, cuando el Señor Mismo se encontraba en Su omnipotente humor, le ordenaba a los devotos tocar Sus pies de loto. Sin embargo, ahora sintiendo el humor de un devoto de Krisna, el Señor, al ver a los Vaisnavas, tomó el polvo de sus pies, ofreciéndoles respeto. Esto lastimó intensamente a los devotos en su interior, de manera que, para mitigar su miseria, el Señor los abrazó.

El Señor, en ese humor, respetaba a Advaita Acharya como un ‘Guru’. Sin embargo, esto lo provocaba mucho dolor a Advaita. Aunque el servicio era el único deseo de Advaita, el Acharya encontraba siempre difícil servir al Señor, pues Él no se lo permitía. Ahora, aparte de considerarlo ‘Guru’, el Señor le pedía el polvo de Sus pies.

En consecuencia, Advaita Acharya siempre estaba pensando en cómo servir al Señor y cómo ser especialmente bendecido por recibir sobre Su cabeza el polvo de los pies de loto del Señor. Ya que esto era imposible mientras el Señor estaba consciente, Advaita esperó a que el Señor entrara en un trance extático y luego, postrándose, untaba sobre su cabeza el polvo de los pies de loto del Señor. Abrazando esos pies de loto, lloró, bañándolos con su lágrimas de amor. A veces, los secó y limpió con su cabeza y, en otras ocasiones, ofreció al Señor toda adoración. Todo eso fue posible para Sri Advaita, solo por la gracia del Señor.

En consecuencia, uno debe entender que Advaita Acharya es muy destacado entre los asociados del Señor, pues recibió completamente Sus bendiciones. El envidioso y celoso no puede apreciar esas maravillosas cualidades en Advaita Acharya.

Así que ese día, mientras el Señor Vishvambhar estaba bailando y Advaita Acharya lo  circunvalaba, de repente el Señor cayó inconsciente en el máximo estado de éxtasis espiritual. Advaita Acharya, vio esto como una oportunidad para tomar el polvo de los pies de loto del Señor y furtivamente untó ese polvo en todo Su cuerpo.

El Señor Chaitanya se levantó y de nuevo empezó a bailar. Sin embargo, no sintió el habitual regocijo. El Señor entonces dijo: «¿Por qué el corazón no me revela la razón de Mi insatisfacción? ¿A quién he ofendido que debo vivir sin alegría? ¿Qué ladrón ha robado de Mí y debido a esa ofensa no puedo bailar en un éxtasis libre de cuidados? Tengan la bondad de decirme la verdad; no se preocupen, tienen Mi garantía de que no sucederá nada».

Cuando los devotos escucharon al Señor, quien es la Superalma omnisciente dentro del corazón de todos, se quedaron silenciosos, con temor. Por una parte, tuvieron miedo de Advaita Acharya y, por el otro, si ellos no decían la verdad, eso era el juicio final para ellos. Entendiendo este dilema, Advaita Acharya habló.

Con las palmas de las manos juntas, Advaita Acharya dijo: «Mi querido Señor Chaitanya, si un ladrón no puede conseguir el tesoro que busca mientras el amo se halla despierto y es reacio, entonces, el ladrón debe robarlo mientras el amo no lo vea o no lo sepa. Robé el polvo de Tus pies de loto; ten la bondad de perdonarme por esta ofensa. Si esto no te satisface Mi Señor, no lo volveré a hacer de nuevo».

El Señor Chaitanya se puso furioso al escuchar las palabras de Advaita y, bajo el pretexto de expresar su enojo, reveló las cualidades trascendentales de Advaita Acharya. Él dijo: «Incluso después de que aniquilas la entera manifestación cósmica, no sientes una pizca de remordimiento. Después de esa total devastación, solo Yo permanezco. Sin embargo, parece que solo quedarás contento después de haberme devastado. Tú no destruyes con Tu tridente a los sabios, los ermitaños, los yoguis y los filósofos. Sin embargo, a aquellos que se acercan a ti, humildemente buscando Tu gracia, atrapas Sus pies y acabas con ellos.

»Soy solo (refiriéndose a Sí Mismo como Krisna) un Vaisnava de Vrindavan y vine a ofrecer Mis respetos a Tus pies de loto. Una persona debe desarrollar más apego al Señor Visnu al ver Tus pies de loto, en vez de eso Tú devastas cualquier devoción que posee. Has reducido Mi riqueza devocional por tomar de Mí el polvo de Mis pies.

»El Señor Krisna te ha concedido toda la devoción disponible en la creación. No obstante, robas a uno que es pobre en devoción. No eres compasivo. Cuando se trata de destruir la devoción de alguien, no tienes corazón».

El Señor habló los hechos reales acerca del carácter trascendental de Advaita Acharya bajo el pretexto de estar enojado, y todos los devotos disfrutaron la diversión. El Señor continuó: «Has estado robando y piensas que no soy capaz de hacer lo mismo. Solo espera y ve cómo se roba a un ladrón».

El Señor abrazó a Advaita Acharya y atrapando sus pies untó el polvo de ellos sobre Su cuerpo, riendo mientras lo hacía. La fuerza de Advaita Acharya no pudo igualar a la fuerza de león del Señor Gaurasundar cuando Él atrapó sus pies y los frotó sobre Su cabeza. Luego, colocó los pies de Advaita sobre Su pecho y dijo: «Ahora ve cómo he atado al ladrón sobre Mi regazo. Trataste de robar de Mí, muchas, muchas veces, un poco cada ocasión, pero te he librado de todo de una vez».

Advaita Acharya dijo: «Mi Señor, todo lo que dices es cierto. Eres el verdadero propietario de todo y Yo soy una persona ignorante. Todo te pertenece; mi vida, inteligencia, mente y cuerpo. ¿Quién puede protegerme si decides destruirme o castigarme?

»Eres el dador de la felicidad y de la aflicción. Cuando Narada Muni viajó a Dvaraka para orar a Tus pies de loto, fuiste Tú quien, en cambio, tomaste el polvo de sus pies. Si Tú deseas aniquilar a Tu propio devoto, entonces ¿qué puede hacer ese devoto? Deberías permitir a los devotos tomar el polvo de Tus pies de loto, pero eso nunca ocurre.

»¿Quién puede desafiar Tus instrucciones en este respecto? Actúas de esta manera y Tu omnipotencia no está en duda. Sin embargo, aunque buscas satisfacción de Tus acciones, seguramente ellas Me destruirán. Mas, finalmente, este cuerpo es Tuyo, de modo que haz lo que desees. Puedes mantener este cuerpo o destruirlo».

El Señor Vishvambhar respondió: «Yo sirvo a Tus pies pues eres quien mantiene el almacén del servicio devocional. Cuando untamos el polvo de Tus pies en nuestro cuerpo, obtenemos Krisna-prema, pues Tú distribuyes siempre ese valioso tesoro. Debes saber que soy Tu propiedad en todo aspecto. Puedes venderme en cualquier parte; esta es la verdad».

Los devotos se maravillaron al ver la extraordinaria munificencia del Señor Chaitanya para con Advaita Acharya. Ellos dijeron: «Realmente, el Señor lo ha bendecido; Él es una personalidad muy excelsa. La misericordia que Advaita Acharya ha recibido, incluso difícilmente la obtiene el Señor Shiva, y es mucho mejor que un millón de liberaciones. Somos muy afortunados en tener la asociación de un devoto tan excelso. Untemos el polvo de sus pies en todo nuestro cuerpo.»

Solo aquellos que sufren las reacciones de sus muy degradadas actividades no pueden apreciar la posición de Advaita Acharya. Toda actividad de esas personalidades es absoluta. Los cínicos y los incrédulos a esto caen lejos del sendero de la virtud.

El Señor Vishvambhar se levantó, cantando: «¡Haribol! ¡Haribol!» y todos los devotos se reunieron alrededor de Él y empezaron a cantar. Advaita Acharya fue arrollado por una ola de éxtasis y empezó a bailar. Él pasó Sus dedos a través de Su suelta barba, frunció Sus cejas y levantó la voz tan fuerte como un trueno.

Los devotos cantaron gozosamente: «¡Jaya Krisna, Gopal, Govinda, Vanamali!» El Señor Nityananda y el Señor Chaitanya bailaron con arrobamiento, aunque el Señor Nityananda siempre vigilaba los movimientos del Señor Chaitanya. En cualquier momento en que el Señor Chaitanya perdía la conciencia y empezaba a caer, el Señor Nityananda extendía Sus brazos y evitaba que el Señor cayera.

El ilimitado bailar del Señor Chaitanya está más allá de una descripción y cuando Él cantó, ambos, Sarasvati Devi y el Señor Balaram se unieron y se manifestaron en las melodías de Su canto, satisfaciéndole así completamente. Los diferentes síntomas extáticos se manifestaron uno tras otro en Su cuerpo: el temblor, el llanto, la risa, la larga e intensa respiración, los sentimientos de total humildad, los sentimientos de intensa arrogancia, la pérdida de conciencia, etc.

Después de un rato, Él se sentó en el trono y rió fuertemente con un resonante sonido. El Señor concedió Su gracia a los diferentes devotos conforme al grado de su realización espiritual, transportándolos así en las olas de una gran dicha.

Ahora escuchen de cómo el Señor Gauranga mostró Su especial misericordia sobre Shuklambar Brahmachari, un habitante de Nabadwip, quien se encontraba de pie ante Él. Shuklambar era honesto y apacible, siempre realizaba sus deberes, con todo, nadie reconocía cuán excelso devoto era. Él andaba por Nabadwip con una bolsa de tela sobre su hombro, mendigando de casa en casa. Lágrimas corrían de sus ojos mientras cantaba constantemente el nombre de Krisna.

La gente lo trataba con el habitual desdén reservado para los pordioseros, pero el bráhmana mendigaba de todos, incluso de las casas más necesitadas. Al final del día, él preparaba todo y, después de ofrecerlo a Krisna, tomaba los remanentes. Por la gracia del Santo Nombre de Krisna, nunca sentía la desolada frialdad de la pobreza. El amor a Krisna lo hacía siempre dichoso mientra iba a cada puerta, cantando el nombre de Krisna. ¿Quién puede reconocer a un devoto del Señor Chaitanya sino la persona que ha recibido la misericordia del Señor Chaitanya?

Shuklambar, el pobre y devoto bráhmana, era justo como Sudama, el amigo de Krisna. Él siempre estaba dentro de la casa de Shrivas viendo bailar al Señor Chaitanya. Esto era ciertamente la especial misericordia del Señor.

Un día, el Señor estaba sentado en el trono en el humor del Supremo Dios Controlador. Él vio a Shuklambar Brahmachari unirse al baile con una bolsa de tela colgando de su hombro. Él estaba bailando con una alegría despreocupada; el Señor y los devotos disfrutaban la escena y reían. El munificente Señor llamó amigablemente a Shuklambar, pidiéndole acercarse.

El Señor dijo: «Nacimiento tras nacimiento, has sido mi empobrecido devoto, ofreciéndome todo y permaneciendo como un mendigo. Todo ese tiempo, también he deseado tus ofrendas y si no me las dabas, entonces tenía que tomarlas por la fuerza. En Dvaraka, te arrebaté el saquito de arroz quebrado que mantenías escondido. Cuando empecé a comerlo, Rukmini Devi agarró Mi mano y me detuvo».

El Señor entonces metió Su mano en la bolsa de Shuklambar, sacó puñados de arroz con cáscara, los llevó a Su boca y los masticó. Shuklambar de inmediato dijo: «Oh, Señor qué has hecho, este arroz está lleno de partículas rotas». El Señor respondió: «Como con deleite tus pedazos de arroz quebrado, pero nunca aceptaré o pediré néctar de un no devoto».

El Señor, quien es la vida y alma de los devotos, es completamente independiente y siempre está inmerso en el supremo estado de bienaventuranza trascendental. ¿Quién podía prohibirle comer el arroz quebrado? Los devotos se maravillaron ante la ilimitada compasión del Señor y agarraron su propia cabeza con sus manos, llorando abundantemente de alegría. Sintiendo que nunca antes habían visto una bondad como esa, cayeron al piso, extáticamente olvidados de todo.

Cantando el Santo Nombre de Krisna, los devotos empezaron un jubiloso kirtan y todos, fueran jóvenes o viejos, se congregaron, con lágrimas en los ojos. Los devotos quisieron expresar su humildad y gozo. Algunos ofrecieron reverencias al Señor; otros dijeron con viva voz: «¡Oh, Señor! ¡Ten la bondad de nunca abandonarme!

Ssuklambar experimentó el éxtasis más sublime al ver al Señor de Vaikuntha masticar alegremente su arroz quebrado.

El Señor dijo: «Oh, Shuklambar Brahmachari, Yo resido eternamente en tu corazón. Cuando estás comiendo y cuando sales a mendigar es como si Yo estuviera saliendo a dar una caminata. He descendido para distribuir Krisna-prema y tú eres Mi eterno servidor, nacimiento tras nacimiento. Te bendigo ahora con servicio devocional, el cual es muy querido para Mí».

La asamblea de Vaisnavas acogió estas benditas palabras con clamoroso y alegre aprecio. Solo las almas más virtuosas conocen la verdadera esencia de las actividades mendicantes de los sirvientes del Señor Supremo, Sri Narayan. Es un verdadero milagro que el Señor de la Diosa de la Fortuna arrebate y coma un arroz quebrado que fue mendigado a partir de muchas casas por un bráhmana pobre.

En los Vedas, el Señor Mismo ha instruido cómo ofrecerle alimentos con los diferentes ‘mudras’ y ‘mantras’, y sin estos, el Señor rehúsa aceptar algo. No obstante, el Señor Mismo transgrede estas reglas y regulaciones por el bien de Sus devotos puros. Que comiera el arroz quebrado de Suklambara es la prueba viviente.

Por lo tanto, la conclusión es que el amor trascendental es la principal entre todas las reglas, regulaciones y rituales. Las reglas y las regulaciones están destinadas a estar subordinadas y ser secundarias al servicio devocional espontáneo; aquellos que se sienten insatisfechos con esta disposición caen del sendero de la autorrealización.

Srila Vedavyas ha explicado en las literaturas védicas que el servicio devocional al Señor Trascendental es el fundamento y la fuente de todas las reglas y regulaciones. Pero esas reglas y regulaciones están supeditadas a los movimientos y humores de la amorosa devoción espontánea, y ahora esta posición superior de la amorosa devoción espontánea era directamente corroborada por el Señor Gauranga. El bráhmana Shuklambar no ofreció voluntariamente el arroz con las regulaciones y los ‘mudras’ requeridos, no obstante, el Señor lo comió alegremente con esmerada atención.

Esos materialistas que están cegados por el brillo del oro, la posición y la familia, no pueden reconocer a un Vaisnava. El Señor Krisna nunca acepta la ofrenda de aquellos que ridiculizan a un Vaisnava por verlo solo como un pobre simplón.

En el Srimad Bhagavatam, 4.31.21, se dice:

«La Suprema Personalidad de Dios es muy querido a esos devotos que no tienen posesiones materiales, si no que están felices por poseer el servicio devocional a Él. En verdad, el Señor saborea las actividades devocionales de esos devotos. Aquellos que están inflados debido a su educación material, riqueza, aristocracia y actividades de ganancia material, se sienten muy orgullosos de poseer esas cosas, y a menudo se burlan de los devotos. Aunque esas personas ofrezcan adoración al Señor, el Señor nunca las acepta.»

Todos los Vedas glorifican: «Krisna es la vida y alma de esas personas que se encuentran materialmente empobrecidas y que son almas entregadas a Él», y el Señor Gauranga personalmente lo muestra mediante Su ejemplo. Aquel que escucha esta narración de cómo el Señor Chaitanya comió el arroz de Shuklambar alcanzará ciertamente la devoción amorosa a los pies de loto del Señor Chaitanya.

El Señor Sri Krisna Chaitanya y el Señor Nityananda Prabhu son mi vida y alma.

Yo, Vrindavan Das, humildemente ofrezco este canto a Sus pies de loto.

Traducción al español

Sri Chaitanya Saraswati Sridhar Govinda Sevashram de México, A. R. (Jai Balai Das)

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